La baja participación pone en duda la validez de la consulta de Podem

El secretario general de Podem, Albano-Dante Fachin, el 13 de febrero.

El secretario general de Podem, Albano-Dante Fachin, el 13 de febrero.

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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La consulta de Podem que tenía que servir a la formación para forzar el pulso a la confluencia ha quedado seriamente tocada por la falta de participación. Las bases moradas estaban llamadas a votar desde el jueves hasta la medianoche del sábado las condiciones que la dirección fijaba indispensables para participar en la asamblea constituyente de los 'comuns' el próximo 8 de abril. Al final la participación ha llegado a los 3.901, una cifra que pone en duda la validez de la votación. 

La participación se sitúa por debajo del 10% de los 52.000 inscritos, una barrera que los estatutos de Podem fijan para que una consulta sea vinculante. La dirección arguye que, adaptando la normativa tras Vistalegre 2, no sería necesario sobrepasar este porcentaje. Sea como sea, esta cifra está muy alejada de las expectativas de la ejecutiva que ve como el órdago que habían lanzado a la confluencia se le ha vuelto como un bumerán. 

«¿Crees que estas condiciones son imprescindibles para la participación de Podem en la asamblea fundacional del nuevo partido con ICV, Barcelona En Comú y EUiA?» es la pregunta a la que tenía que responder las bases moradas. Se les planteaba si para confluir eran indispensable que se cumplieran tres condiciones: código ético, sistema proporcional con listas abiertas para la elección de los órganos de dirección y participación de todas las bases de Podem sin tener que inscribirse en el censo único de unpaisencomu.cat. Por si el ambiguo texto de la pregunta no había enrarecido suficientemente el ambiente de la votación en Podem sobre la confluencia, un SMS enviado desde el partido el viernes pidiendo el voto por el Sí acabó de embarrar la consulta. "¡Hagamos democracia! Vota SI las condiciones del nuevo espacio político son imprescindibles. ¡SI se puede! Participa y vota hasta el sábado a las 23:59", decía el mensaje de texto. Parte de la militancia de la formación se mostró molesta con esta jugada de la dirección, que aseguró que se trataba de un simple error tipográfico y que no pretendían condicionar el sentido del voto. Sea como fuere, este hecho podría haber contribuido a que se manifestara menos de un tercio de los 15.000 militantes que votaron hace un mes en el proceso de Podemos en Vistalegre 2. 

Según los estatutos del partido, para que la consulta sea válida se necesita un participación mínima del 10% de los inscritos y, si no se cumplen los requisitos, la Asamblea y el Consejo Ciudadano Catalán "solo podrán seguir adelante con la decisión previa consulta al Consejo Ciudadano catalán de ámbito inmediatamente superior", lo que en este caso genera una incógnita porque el Consejo Ciudadano Catalán es el órgano superior de Podem Catalunya. Si se acogen al total de los inscritos -cerca de 52.000- no superarían el 10% que sí obtendrían, como señalan desde la ejecutiva, si se remiten al censo de inscritos activos, cerca de 30.000. Desde la dirección morada aseguran que han consultado con la dirección estatal de Podemos y que, de acuerdo con los cambios normativos surgidos después de Vistalegre 2, este frontera del 10% ya no sería necesaria. Y que si en los estatutos aún no figura es porque un grupo de trabajo está todavía dedicándose a adaptar esos cambios a la normativa catalana.

Lo que es evidente que este no es el escenario que imaginaba Albano Dante Fachin cuando anunció hace dos semanas que consultaría a las bases si tenían que seguir con la confluencia. El secretario general de Podem, que ya había amagado un par de veces con romper la coalición de Catalunya Sí que es Pot si no tenía más visibilidad en el Parlament, quiso de esta manera apretar la negociación con el resto de actores de la confluencia. Todos los partidos tenían claro, sobre todo tras el ambiguo texto de la pregunta, que después del lunes se seguiría negociando. Pero lo que pocos se imaginaban era que la baja participación terminara lastrando la consulta, haciendo que el órdago lanzado por la dirección de Podem se le volviera en contra como un bumerán.