LA CAMPAÑA DEL 24-M

Rajoy arremete contra Mas por generar "inestabilidad"

Mariano Rajoy, entre Alberto Fernández Díaz y Alicia Sánchez-Camacho, el 18 de mayo, en Barcelona.

Mariano Rajoy, entre Alberto Fernández Díaz y Alicia Sánchez-Camacho, el 18 de mayo, en Barcelona. / periodico

RAFA JULVE / BARCELONA

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Hablando de herencias, y dado que estaba en Catalunya, a Mariano Rajoy le hubiera ido como anillo al dedo sacar a colación el supuesto legado de los Pujol para arremeter contra los asuntos turbios de CiU. Pero no. Como en toda la campaña, el líder del PP esquivó este lunes en Barcelona cualquier mención a la corrupción para evitar un efecto bumerán. Por eso cuando centró su mitin en todo tipo de herencias fue solo para sacar pecho. Su gestión para salir de la crisis pese a la herencia de "recesión" que le dejaron los socialistas. Su herencia como dirigente de un partido bregado frente a la inexperiencia que para él representan CiudadanosPodemos o Barcelona en Comú. Su herencia como presidente que ha defendido la unidad de España... Un discurso previsible con el que Rajoy trató de animar a 1.500 fieles en el pabellón de la Nova Icària y en el que se ganó un redoble de aplausos cuando acusó al Govern de Artur Mas de generar "inestabilidad" con el proceso independentista cuando se atisba el final de la crisis.

Hace cuatro años el PP iniciaba su particular ciclo victorioso logrando más concejales que nadie (26.499 en toda España) y alzándose con el gobierno en 11 de las 13 autonomías que celebraron elecciones, con mayoría absoluta en ocho de ellas. En Catalunya, donde un año después batirían su récord en el Parlament con 19 escaños, duplicaron aquel 22 de mayo la cifra de regidores (473) y acabaron de confirmar que Rajoy iba directo también hacia la mayoría absoluta en el Congreso, como se confirmó ocho meses después.

Ahora las encuestas pronostican que la burbuja popular surgida en el 2011 empezará a desinflarse a partir del domingo. Y si en algunas plazas clave los populares todavía podrían salvar los muebles aferrándose a Ciudadanos, en Catalunya solo parece inmune a la debacle el bastión de Badalona: su alcalde, Xavier García Albiol, ovacionado ayer por decenas de seguidores antes del mitin, ha escondido las siglas del partido en una campaña personalista no exenta de polémica pero que si acaba triunfando lo situará en los puestos de salida para suceder a Alicia Sánchez-Camacho al frente de un PP catalán alicaído, al que Rajoy trató de animar mostrándose más cercano, sin escatimar en saludos durante un paseíllo de cinco minutos, y lanzando después algunos de sus 'hits'. Como cuando reiteró que España será "el país con mayor crecimiento de la UE" en el 2015, o como cuando acusó a Podemos de tener ideas propias del siglo XIX.

ALGÚN GOLPE

La intervención del presidente comenzó, sin embargo, algo accidentada. Dos miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) primero y un representante de los afectados por el 'caso Afinsa' y el 'caso Fórum Filatélico' después irrumpieron en el acto y fueron sacados en volandas por el equipo de seguridad, no sin recibir algún golpe por parte de varios simpatizantes populares. "Vamos a continuar, que yo ya estoy muy acostumbrado a estas cosas. Además, al final no pasa nada. Lo que va a pasar es que el PP va a ganar las elecciones", reaccionó Rajoy mientras el pabellón coreaba "libertad, libertad".

Ya de nuevo en harina, se ajustó al guion de su campaña: volvió a presumir de gestión económica y solo introdujo como novedad algún ataque más directo hacia Mas a cuenta del proceso soberanista. Fue pronunciar "España" y saltaba algún aplauso. Fue decir que "gobernar no es romper las reglas del juego ni hacer elecciones cada cuarto de hora" (en alusión al 27-S) y la gente se vino arriba. Fue criticar al PSOE y el auditorio volvió a llenarse de energía.

Lo mismo sucedió cuando Camacho arremetió contra el PSC "por no defender España", aunque la líder del PPC basó sobre todo su discurso en hacer un llamamiento a los indecisos y a los que se han marchado al partido de Albert Rivera. "Aquí los experimentos no son nuevos", espetó, y presumió de que los conservadores han sido quienes más han defendido "la unidad de España", mientras que "Ciudadanos es una "macedonia de ideologías" que no ha hecho propuesta alguna para salir de la crisis y que llegó incluso a pedir el rescate cuando la prima de riesgo estaba disparada.

SIN 'ESTELADES' NI ANTISISTEMAS

El alcaldable por Barcelona, Alberto Fernández Díaz, prefirió en cambio mantener su estrategia y obvió cualquier mención al partido naranja. Se limitó a desgranar algunos de sus planes tanto a nivel social como económico, pero sobre todo, influido seguramente por la receta de Albiol, puso énfasis en la lucha contra el incivismo y contra la inmigración ilegal. Se ganó los mayores vítores al prometer que derribará Can Vies si gobierna y cuando abogó por que los extranjeros "cumplan con sus derechos". Para rematarlo, reclamó una "Barcelona independiente de 'estelades' y antisistemas".