la marcha del 10-J

El "ataque" del PP activó la protesta, afirma el Gobierno

Un manifestante, sobre la marquesina de una parada de autobús.

Un manifestante, sobre la marquesina de una parada de autobús.

EL PERIÓDICO / Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo ayer su estrategia de sostener, al menos públicamente, que la manifestación contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut es algo que no le incumbe en absoluto. Algo de lo que, sin embargo, se sirve para atacar al PP. Una vez concluida la multitudinaria marcha de Barcelona, fuentes de la Moncloa declinaron entrar en más análisis y se remitieron de forma expresa a las declaraciones del ministro de Fomento, José Blanco, efectuadas antes de que más de un millón de personas, según la Guardia Urbana, salieran a la calle para protestar contra una resolución que ha sido insistentemente aplaudida desde el Ejecutivo.

Como hizo un día antes la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, Blanco, que poco después de conocerse un fallo que se llevaba esperando desde hacía cuatro años dijo «bien está lo que bien acaba» y «es probable que tanta espera haya valido la pena», sostuvo que el verdadero motor del acto reivindicativo de ayer eran las «agresiones» del PP a Catalunya.

«El gran derrotado» por el dictamen de los magistrados, afirmó al mediodía en Oviedo, «es el PP y, como consecuencia de ello, hoy los ciudadanos se movilizan en Catalunya, precisamente contra los que los agredieron. Al frente de este ataque se sitúa el presidente de los populares, Mariano Rajoy». La fuerza conservadora, concluyó el ministro, es «enemiga de la autonomía de Catalunya, del autogobierno y de la financiación. Que nadie olvide que el PP recorrió España recogiendo firmas en contra de Catalunya».

POCO REPRESENTATIVA / También la dirección del PP prefirió dejar el análisis de la jornada a su líder en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, aunque no se abstuvo de hacer alguna observación preventiva antes de que diera inicio la marcha. La secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, no necesitó esperar a ver cómo transcurría la manifestación para asegurar que esta no iba a ser «representativa de lo que opina el pueblo de Catalunya». Cospedal señaló además que es «muy grave, peligroso, y de una tremenda irresponsabilidad» que «el partido del mismo Gobierno de España [en referencia al PSC] convoque una manifestación en contra de organismos constitucionales».

En esa línea, el diputado del PP Ignacio Astarloa declaró que «es imposible imaginar mayor desafío y desprecio al Estado de derecho» que el del presidente catalán, José Montilla, «al encabezar una manifestación en contra de una sentencia del Tribunal Constitucional».