BATALLA PARLAMENTARIA

La pinza PP-Cs pone el Presupuesto contra las cuerdas

Ana Pastor, en el Congreso de los Diputados

Ana Pastor, en el Congreso de los Diputados / JUAN CARLOS HIDALGO

Iolanda Mármol

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Ni el océano de por medio logra mitigar la mala racha de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. De viaje en Nueva York, donde asistirá a la Asamblea General de la ONU, el presidente vio confirmados este lunes los grises presagios que sobrevolaban su maniobra parlamentaria para acelerar el trámite del Presupuesto del 2019. La pinza entre PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso tumbó, en una decisión sin precedentes, el atajo con el que el Ejecutivo intentaba reformar a toda velocidad la ley de estabilidad, una modificación imprescindible para poder presentar las Cuentas públicas antes de final de año y encarar las elecciones europeas, autonómicas y municipales de mayo con los deberes hechos. Aunque Sánchez no tendría los Presupuestos bajo el brazo aún sin el bloqueo del ala derecha, lo cierto es que las conversaciones discretas con quienes le apoyaron en la moción de censura van mejor de lo que se reconoce en declaraciones más o menos altisonantes, admiten informalmente fuentes negociadoras.

El varapalo parlamentario, sin embargo, deja al Gobierno en una situación delicada. Si el PSOE no logra imponer la vía de urgencia con alguna otra jugada parlamentaria, Sánchez se puede ver obligado a renunciar a los 6.000 millones de oxígeno que había pactado con Bruselas y resignarse a la senda de déficit que dejó Mariano Rajoy, aunque luego trate de buscar algún encaje. En el Ejecutivo no tiran la toalla, aseguran que todavía hay partido, pero también admiten (desde hace días) que si no logran sortear el bloqueo del PP y Cs no tendrán más remedio que tragar con los objetivos marcados por el anterior presidente. Los resultados de un nuevo barómetro del Centro de Estudios Sociológicos (CIS), que se darán a conocer este martes, podrían ser la primera buena noticia tras dos semanas de suma cero para el gabinete presidencial.

Barrizal sin letrados

El choque institucional de este lunes fue duro y se resolvió con una votación de la Mesa del Congreso a favor del ala derecha. PP y Cs tienen mayoría en el órgano rector de la Cámara baja, con tres y dos representantes respectivamente. Sus cinco votos doblaron el brazo a los cuatro que sumaban PSOE (2) y Unidos Podemos (2). Conservadores y liberales desestimaron pedir un informe a los letrados, como reclamaban los socialistas, porque lo consideraron “innecesario” e inadmitieron la enmienda en la que residía la maniobra del Gobierno: un texto añadido a la ley para dar formación especializada a los juristas en violencia machista que, en realidad, trataba de reformar la ley de estabilidad presupuestaria para quitarle al Senado (con mayoría del PP) la capacidad de bloquear la senda de déficit y devolverle esa potestad (arrebatada por Rajoy) al Congreso.

La presidenta habla de "amenazas" y los socialistas la comparan con Forcadell

La discusión fue tensa y el papel de la presidenta del Congreso, cuestionado por los socialistas. El de Ana Pastor era uno de los tres votos del PP, y el PSOE había sugerido reprobarla. “Puedo recibir amenazas; no sé a otros,  pero a mí nunca las amenazas me moverán en el ejercicio de mis funciones”, advirtió.

El principal aliado del Gobierno, Pablo Iglesias, cargó también contra la posición de Pastor. “No hay presidenta del Congreso, ni Mesa del Congreso que pueda utilizar técnicas ilegítimas para bloquear”, criticó y calificó la actitud de PP y Cs de “boicot institucional” contrario al espíritu de la Constitución, informa Rosa M. Sánchez.

Fuentes socialistas admiten que no calcularon que Pastor “actuase como ariete de bloqueo” y la compararan con el papel ejercido en su día por Carme Forcadell como presidenta del Parlament. “Se le ha ido la mano”, insisten, y reconocen que confiaban que tras la salida de Rajoy, con quien la presidenta mantiene una relación de amistad, Pastor no se implicaría"en provocar la ingobernabilidad”.

Los partidos de Pablo Casado Albert Rivera, en cambio, interpretan la jurisprudencia del Tribunal Constitucional como argumentos para que la Mesa del Congreso tumbe la enmienda que fue aprobada por la comisión de Justicia (con presidencia del PSOE) el pasado jueves. Consideran que el órgano rector tiene “plena competencia para garantizar la homogeneidad y la congruencia de las enmiendas con la iniciativa que se quiere regular”.

El PSOE intentará este martes táctica para aprobar por vía de urgencia la reforma de la ley de estabilidad

El PSOE dice estar dispuesto a pelear hasta el final y ha anunciado que este martes intentará otra opción: que la reunión de la Junta de Portavoces apruebe someter a votación del pleno que la reforma de la ley de estabilidad se tramite por vía de urgencia. Como en el hemiciclo la mayoría de grupos apoyan esa modificación, podría salir adelante. Sin embargo, hay dudas de que esa maniobra surta efecto, entre otras, porque la Mesa es quien ordena los debates y fija los calendarios.

Lo que está en juego

Más allá del barrizal parlamentario, están las consecuencias en términos políticos y económicos. En primera instancia, el bloqueo debilita la imagen del presidente del Gobierno, ya castigado tras la dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, y los errores en su tesis doctoral. En lo económico, complica la estabilidad, puesto que la pinza PP-Cs retrasa la tramitación de los Presupuestos y dificulta toda previsión.

Si además Sánchez se ve obligado a asumir la senda de déficit de Rajoy, como deslizaron fuentes del ministerio de Hacienda, el Gobierno solo podría ‘rescatar’ parte de los 6.000 millones pactados con Bruselas que relajan la senda de déficit. Son cinco décimas que permitirían a las comunidades autónomas 2.400 millones de oxígeno, 2.400 a la Seguridad Social y 1.200 a la Administración del Estado. El Gobierno solo podría buscar un “ajuste” para lo concerniente al déficit central, que podría realizarse vía impositiva.