Tablas entre el 'Sí' y el 'No' a Mas en la asamblea de la CUP

Aspecto de la Pista de Atletismo Cubierta de Sabadell, con los asamblearios de la CUP, este domingo.

Aspecto de la Pista de Atletismo Cubierta de Sabadell, con los asamblearios de la CUP, este domingo. / periodico

XABI BARRENA / SABADELL FIDEL MASREAL /BARCELONA

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Entre una mala película de suspense y buen sainete. Más cerca de 'Cuéntame' que de 'Borgen'. Cuando Artur Mas señaló, hace meses, que se iba a entrar en la zona desconocida no se refería, sin duda, a que en un domingo en plenas fiestas navideñas, un partido antisistema pudiera llegar a tener el poder de levantar o bajar su pulgar sobre su propia cabeza. Y que, para rizar el rizo de lo increíble, las dos facciones en que se ha partido la CUP, a favor y en contra de investir al 'president' en funciones, empataran este domingo en Sabadell. Sigue siendo o Mas o marzo, pero ahora se va a la prórroga y, presumiblemente, a los penaltis.

"Es una decisión política" ha dicho una portavoz de la CUP tras cantar, en la asamblea extraordinaria, el empate, en la tercera votación, a 1.515 votos. Y será el consejo político (ampliado en esta ocasión al grupo parlamentario) el que pateará el penalti decisivo, el próximo sábado. Antes habrá nuevas asambleas territoriales para seguir debatiendo el asunto.

Al darse a conocer el resultado final, el empate, fuentes de la dirección de CDC y del Govern han reaccionado enojados. Las frases y epítetos, algunos irreproducibles, seguían un hilo conductor: la de la falta de seriedad de los anticapitalistas. “Circo”, “broma”, “festival” son algunos de los comentarios a botepronto en las filas convergentes el mismo domingo.

Este lunes la dirección de Junts pel Sí se reunirá para evaluar la situación, pero existe una cuestión inmediata: convocar o no un debate de investidura. Si la CUP optaba por el sí, la intención era celebrar las sesiones este martes y jueves. A la vista de que todo sigue retrasándose, la celebración de nuevas elecciones, por “dignidad”, según un destacado convergente, es una posibilidad, dejando que el calendario avance hasta que el 10 de enero se convoquen automáticamente los nuevos comicios.

La decisión, pues, queda en manos del consejo político de la CUP, formado por un sesentena de representantes de las asambleas territoriales, a los que en está ocasión se sumarán miembros del grupo de acción parlamentario, las entidades de la Crida Constituent con quien la fuerza anticapitalista concurrió a las elecciones.

"La aritmética en este proceso es diabólica, ya se vio el 27-S" ha afirmado el diputado Antonio Baños quien ha defendido el funcionamiento asambleario de la CUP: "No nos asusta que las decisiones las tomen 3.000 personas porque estamos desgraciadamente muy acostumbrados a que las tomen tres".

La también diputada Anna Gabriel ha emplazado, de nuevo, a Junts pel Sí para que aprovechen esta prórroga inesperada para realizar algún movimiento y presentar otro candidato a la presidencia de la Generalitat. Visto el enfado en la coalición, no se espera ningún cambio. No sería mucho decir que se está como se estaba, o peor, y que el tiempo, además, transita inexorable hasta el límite del 10 de enero.  

Lo que se mascó en la segunda votación, cuando la suma de votos favorables a investir a Mas se quedó a dos votos de las papeletas del veto al 'president' se confirmó en una dramática tercera ronda.

Y es que la igualdad entre bloques fue la nota predominate de la jornada. En la primera votación los que aceptaban a Mas fueron el 45,7% de los votos (1.359), por el 47,14% (1418) que lo rechazaban.

PINTADA DE "FINS MAI MAS"

En cuanto a las intervenciones, se han podido escuchar epítetos dirigidos a Mas y CDC como "cadáver político"  y también "la burguesia capitalista". En la pared del recinto, la organización ha tenido a bien tapar una pintada que rezaba "Fins mai Mas". Tras la primera votación, el grafiti ha sido 'liberado'. Entre los que sí desean aupar a Mas a la relección ha habido críticas a Podemos, y con ellas a aquellos que ansían unas nuevas elecciones para vertebrar una alianza con la fuerza lila. La idea que subyacía en esta intervención es que no cabe esperar nada del Estado, ni siquiera un referéndum. También ha habido quien ha tirado casi de discurso de 'coaching': "Creámonos lo que somos. Sí al acuerdo". No se lo creyeron del todo, ni unos ni otros. Ahora, a la prórroga.