¡La vuelta al cole!

JOAN GUIRADO

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Hoy, en la mayoría de ciudades, empieza el curso escolar para los mas pequeños. Finalizan así, por suerte para padres y abuelos, tres meses de vacaciones que se hacen interminables. El ritmo de un niño de siete años o una niña de dos es tan frenético que son capaces de acabar con la paciencia de cualquiera durante las calurosas tardes veraniegas.

La vuelta al cole, no obstante, tampoco es tan bonita como parece. Una vez te conviertes en padre, en tu calendario aparece marcado en rojo enero y septiembre. El atraco a mano armada de Papa Noel y los Reyes Magos hacen del primer mes del año una auténtica cuesta de enero, y la sensibilidad del ministro de Educación de turno y las editoriales de libros escolares ayudan a que la depresión post vacacional sea más profunda, al pasar por caja y tener que pagar 150 euros en material para un bebé que empieza a hablar y 240 euros para un niño que empieza a leer. Luego las batas que cada año se tienen que cambiar, el chándal escolar gestionado por el AMPA a precio de licencia del FCB o Disney y la cuota revolucionaria de la Asociación de Padres y Madres que, haciendo cuentas, para un niño de siete años que acude a la escuela pública asciende a la cifra de 550 euros, sin contar las actividades extraescolares. Y todo ello para ver la cara de "ilusión" del pequeño al saber que tiene que volver al cole y levantarse a las ocho de la mañana... Ahora bien, aceptas cansado ya de un verano tan largo, donde el gasto en colonias y ludotecas permitiría a toda la familia hacer un largo viaje relajante, pero, en lugar de ello y haciendo sumas y restas, debes agradecer poder ir una semana a un hotel sobreocupado de Menorca, lleno de personajes fantásticos y con actividades de animación dirigidas al público italiano en las que, sin ganas, te hacen participar.

Con el recuerdo al pasar por la caja de la librería, en el expresidente extremeño José Antonio Monango, que mientras muchas comunidades tenían que aplicar recortes para ser solidarias, él se permitió regalar un ordenador a cada alumno para digitalizar las clases, digamos bien fuerte: bienvenido nuevo curso!