El turno

Víctimas de antes y víctimas de ahora

NAJAT EL HACHMI

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Desde que en 1999 accedió al trono de Marruecos, el reyMohamed VIha hecho esfuerzos considerables para cambiar la imagen del país y de la monarquía tanto dentro como fuera de su territorio.

Una poderosa campaña de márketing, junto con algunos cambios significativos en temas tan capitales como el código de familia o el tratamiento de la población amazig, permitió a la opinión pública sobredimensionar la magnitud de la incipiente transformación. En todo eso, los medios de comunicación tuvieron un papel fundamental, dispuestos a creerse las reformas que, aunque fuese a nivel formal, marcaban una distancia considerable respecto de su predecesor.

Entre las medidas simbólicas adoptadas hubo toda una tarea de reconciliación nacional por lo que respecta a la política represora de su padre a través del organismo Instancia, Equidad y Reconciliación, dedicado a reconocer a las víctimas de los años de plomo sin juzgar a los verdugos. La condición para hacerlo era no pronunciar nunca el nombre deHassan II. Evidentemente, en este proceso no han entrado nunca las víctimas del conflicto del Sáhara por mucho que se reivindique su marroquinidad.

Estos días de informaciones confusas desde El Aaiún, la sensación dedéjà-vues ineludible. Detenciones, muertos, torturas y desapariciones. Si el Gobierno marroquí reivindica a los saharauis como marroquís y no está dispuesto a renunciar al territorio, ¿cómo puede perpetuar la vulneración de los derechos humanos que dice reparar un poco más arriba?

Sí, es verdad, no se sabe de qué lado son todos los muertos, no queda claro exactamente qué pasa, pero, francamente, nos harían un favor a todos si en lugar de vetar a los medios dejasen que los que nos informasen fuesen los profesionales y no los activistas disfrazados que han aprovechado el vacío informativo para dar su perspectiva del conflicto.