El vía crucis del PP

La corrupción pasa factura electoral hasta un cierto punto, ya que los electores suelen ser bastante permisivos con los partidos de los que se sienten cercanos

El expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González.

El expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. / periodico

ASTRID BARRIO

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La Semana Santa ha acabado pero el PP sigue con su particular vía crucis por culpa de la corrupción. El martes, en el marco de la investigación sobre la 'trama Gürtel', la Audiencia Nacional decidió citar en calidad de testigo al presidente del Gobierno, Mariano RajoyMariano Rajoy, a pesar de la oposición de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado. Y este miércoles, justo un día antes de que Esperanza Aguirre compareciese ante el juez por la misma causa, el que fuera su mano derecha y sucesor al frente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha sido detenido por el presunto desvío de dinero público en beneficio propio durante el tiempo en que presidió el Canal de Isabel II . Todo ello después de que hace apenas dos semanas Pedro Antonio Sánchez, presidente de la Comunidad de Murcia, se viese obligado a dimitir como consecuencia de su imputación por varios delitos de corrupción.

Ante tal sucesión de escándalos no resulta de extrañar que la corrupción siga siendo considerada como uno de los principales problemas por los españoles y así se ha vuelto a poner de manifiesto en el último barómetro del CIS. De hecho, desde el estallido del 'caso Bárcenas' en enero del 2013, la preocupación por la corrupción en España está disparada y ha oscilado entre un 30% y un 60% de encuestados que la han señalado como uno de los tres principales problemas de España.

No hay que olvidar,  sin embargo, que existe una relación directa entre la preocupación por la corrupción y el tiempo que los medios de comunicación dedican a hablar de ella y que es mucho. Y tampoco se puede perder de vista el hecho de que en España existe corrupción política pero no administrativa y que los índices de victimización, es decir, las personas que han sufrido o sido testigos de casos de corrupción, suelen ser muy bajos y situarse a niveles homologables a los de las democracias de nuestro entorno.

DIMISIÓN TARDÍA

Por lo que, tratándose de corrupción política, lo hay que preguntarse es cuáles son sus consecuencias políticas. La corrupción pasa factura electoral hasta un cierto punto  ya que los electores suelen ser bastante permisivos con los partidos de los que se sienten cercanos. De ahí que los incentivos de los partidos afectados a ser muy exigentes en la lucha contra la misma sean bastante limitados. Solo hace falta ver lo que le ha costado al PP hacer dimitir a Pedro Antonio Sánchez y solo lo ha hecho a riesgo de perder el Gobierno.

La incógnita ahora es qué pasará en Madrid. Porque aunque la detención de González haya sido fruto de una denuncia del Ejecutivo de Cristina Cifuentes y de que el PP le haya suspendido provisionalmente de militancia, Podemos ha sugerido la presentación de una moción de censura por las responsabilidades que pudiera tener la propia Cifuentes. Por no hablar de la posible dimisión de Aguirre en el ayuntamiento. De momento Ciudadanos se ha desmarcado. En cambio, sí que ha avanzado que exigirá la dimisión de Rajoy si resulta finalmente imputado. Y es que en un vía crucis al final siempre hay crucificados.