La rueda

La verdad, en cómodos plazos

MANEL FUENTES

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Hay quien entiende que, cuando la verdad es insoportable, el único motor para seguir avanzando es la mentira. No garantiza el futuro, pero le da más margen al presente. Solo nos hace ganar tiempo. Un tiempo que la verdad no se puede permitir.

¿Qué es mejor, la responsabilidad y el inevitable colapso inmediato o la burbuja? Agarrarse a la mentira no paraliza en un primer momento, pero degrada. Irá saliendo la carcoma de un problema mal resuelto. Vivir desde la burbuja de la irrealidad hará que no dejen de aparecer contradicciones e incoherencias. Y que poco a poco los motivos para seguir por esta senda ya no puedan ser racionales, sino solo dogmáticos. Fe, esperanza, confianza en el futuro…

Hoy , la gobernanza económica no parece manejar datos objetivos. Todo son esperanzas de crecimiento que no se concretan, recortes en los servicios que nadie nos dice dónde se detienen, mientras, por ejemplo, los invitados a la fiesta de la cúpula de las cajas salen por la puerta de atrás con la saca al hombro. ¿El objetivo era salvar el sistema financiero o salvar todas sus desgracias? ¿Por qué respetamos sus reglamentos privados de retribución, cuando tenemos que entrar con nuestro dinero a salvarlos? ¿Por qué pagamos con dinero público esta orgía? ¿Tenemos dinero para pagarla toda? De momento, ¿saben con qué la vamos a pagar?

La ministraSalgadodijo la semana pasada, sin que le temblara la voz, que las posibles pérdidas se pagarían con el fondo de garantía de nuestros depósitos. ¿Se gobierna lo público bajo la máxima de que es de todos?

Para poder escoger entre la verdad y la mentira hay que tomar conciencia. Si no hay elección, siempre se vive el engaño… Hasta que la mentira revienta, claro. ¿Se puede vivir solo de la verdad y actuar en consecuencia? Pocas parejas lo aguantarían. ¿Hasta qué punto la mentira anestesia el dolor o más bien lo genera? Lo que no vale es que la verdad la paguemos todos y los beneficios de la mentira solo sean para unos cuantos.