MIRADOR

Una mujer que pasea

La urbanista norteamericana Jane Jacobs

La urbanista norteamericana Jane Jacobs

Jordi Puntí

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"Todo ya ha sido dicho..., pero no por todo el mundo". Así, con esta sencillez, hace casi un siglo Karl Valentin -escritor y artista de cabaret alemán- ponía en duda la verdad única, la versión oficial de las cosas, y defendía el arte de opinar, discrepar y observar con ojos distintos. Era, también, quizá sin ser del todo consciente, una crítica a la mirada masculina y burguesa, que hasta entonces tenía la costumbre de imponer una visión del mundo. Se notaba, por ejemplo, en el atractivo que producía la vida moderna de las grandes ciudades: los hombres como Baudelaire, que deambulaban por las calles, sin rumbo, eran descritos como 'flâneurs', mientras que las mujeres eran el objeto pasivo del poema , la "mujer que pasa", la ocasional. Una mujer sola en la calle tenía que ir a alguna parte, a proveer para el hogar, y sino es que era una prostituta.

Es una de las reflexiones que hace Lauren Elkin en 'Flâneuse' (Malpaso), un ensayo sobre las mujeres y las artistas que han paseado por las ciudades y encontraron allí la inspiración. Elkin camina por París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres, y con sus pasos actualiza el concepto de 'flâneur', lo feminiza e incluso lo convierte en un verbo, flâneusear. Entretanto se hace acompañar mentalmente de Virginia Woolf, de Jean Rhys, de Jane Jacobs ("los ojos en la calle"), de Sophie Calle, y con ellas cartografía la evolución de esta mirada femenina.

A veces sus pasos no tienen género y recorren la huella de otras reflexiones masculinas -como cuando habla de la ciudad como lugar para manifestarse, de caminar "para provocar un cambio"-, pero más a menudo se inscriben en una corriente que estos últimos años ha ganado fuerza en la literatura. El de la mujer que pasea y reflexiona. Hay un espacio para el saber enciclopédico de un libro como 'Wanderlust. Una historia del caminar', de Rebecca Solnit, y un espacio para el ejercicio más íntimo de Olivia Laing en 'La ciudad solitaria' -ambos publicados en Capitán Swing-, y luego está la mirada feminista y culta de Vivian Gornick, paseando por Nueva York, en 'La dona singular i la ciutat' (L’Atra): "En ningún lugar me sentía menos sola que cuando estaba sola en una calle llena de gente".