tú y yo somos tres

Una mueca de pestilencia

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Había nerviosismo. En el último gran rifirrafe entre opinadores políticos que la tele nos ha ofrecido antes de la jornada electoral, o sea, en La Sexta noche -el programa Un tiempo nuevo, de Cuatro, no se emitió, porque ya fue enterrado la semana pasada-, en este programa de La Sexta, les decía, hubo un plus de crispación entre los debatientes. Es natural: la inminencia de las elecciones excitó el ánimo de los contendientes.

El golpe más espectacular fue el que brotó entre Xavier Sardà y Paco Marhuenda. ¡Ah! Esta pareja conforman un dúo muy vistoso. Son como el Correcaminos y el Coyote. Antagónicos hasta la médula. El choque surgió en el bloque de repaso al puñetazo que propinaron a Rajoy.

Digamos de entrada que fue discutible debatir ese tema esa noche. Sacar ese asunto del mamporro en la madrugada del día electoral podría entenderse como una contribución a los que han usado ese percance, esa agresión, como arma arrojadiza en contra de la oposición y a favor del líder del PP. Precisamente el experto coach político, y reputado headhunter, Euprepio Padula hizo en el programa una advertencia. Habló de los sucesos imprevistos en campaña, que se transforman en «un factor de suerte». Concretó: «La agresión a Rajoy ha sido un elemento clave en la campaña, algo inesperado» y lo identificó -a pesar de ser Rajoy la víctima- como una «suerte» para el candidato del PP.

Y como era de prever Paco Marhuenda se agarró al tema con mucha afición, yo diría que hasta con una alegría inmensa, para sacarle provecho. Decía: «Desde la izquierda, y desde medios de comunicación, se ha generado el clima de que Rajoy es mala persona. De ahí que haya salido un descerebrado indeseable que ha pegado a Rajoy».

¡Ahh! Xavier Sardà replicó entonces: «¡Fantástico, Marhuenda! Según tú, no podemos ejercer la crítica, porque quizá haya un puñetazo luego. No podemos debatir, ¡quizá ni siquiera debería haber elecciónes! Según tú, es la crítica política la que ha generado el puñetazo. ¡Pues acabas de cagarla!». Y entonces Marhuenda, con mucho regocijo, hizo una pedorreta con la lengua y se tapó la nariz en inequívoco gesto de pestilencia.

A la hora de cerrar este billete nada se sabe todavía del recuento. Pero sea cual sea el resultado, estas pintorescas criaturas que ejercen de opinadores en la tele -algunos en calidad de voceros por cuenta ajena- seguirán arreándose, semana tras semana, incansablemente.