VIAJE A LA ANTÁRTIDA (10)

El último 'teletubbi'

"Animado por la concurrencia de turistas, nuestro piloto ha querido hacer una llegada espectacular a la playa en plan 'hombres de Harrelson'"

El 'Hespérides' traza arcos de agua para homenajear a Pepita Castellví y a los científicos que se marchan.

El 'Hespérides' traza arcos de agua para homenajear a Pepita Castellví y a los científicos que se marchan. / periodico

ALBERT SOLÉ

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Que me perdoneJohn F. Cooper, autor de'El último mohicano', por parafrasearle así el título, pero esta mañana, mientras nos enfundábamos el dichoso mono de supervivencia, conocido como 'teletubbi', para ir a rodar la antigua planta ballenera en la isla Decepción, nos hemos dado cuenta de que, más que dos 'telediarios', nos quedaban solo dos 'teletubbies' que ponernos antes de dar por acabada nuestra aventura y enfilar al temible paso deDrake.

Probablemente ha sido esta constatación la que nos ha hecho afrontar este acto de tortura diaria con una parsimonia y un ritual hasta entonces desconocidos. Además, las inclemencias sufridas por el'Hespérides' en la península antártica, donde ha pasado 12 horas luchando contra hielo y olas para recoger a un grupo de biólogos marinos, ha obligado a variar todos los planes y acortar el plan de rodaje previsto para hoy. En resumidas cuentas, que si pensábamos pasarnos todo el día en la caleta ballenera, al final lo hemos tenido que rodar en una hora y media, a toque de pito, como de costumbre. Y claro, las fuerzas empiezan a estar mermadas después de tantos días y cada vez resulta más difícil movilizar a la gente a la carrera.

La llegada a la caleta ballenera ha sido 'spanish style'. Resulta que había un grupo de turistas americanos llegados a visitar el lugar a bordo de un lujoso transatlántico. Además de la antigua fábrica, la gran playa es conocida por las numerosas fumarolas del volcán que le confieren un aire entre épico y fantasmagórico, según los gustos y la cantidad de rock sinfónico que uno haya escuchado en su vida. Sigo. Los turistas asisten maravillados y graban con sus cámaras la llegada de 12 modernos 'teletubbies' montados en flamantes zodiacs, bandera al viento, del Ejército español. Animado por la concurrencia, nuestro piloto ha querido hacer una llegada espectacular a la playa en plan 'hombres de Harrelson'. "Tejota al tejado", ¿recuerdan?

Solo faltaba Manolo Escobar

Lástima que, distraídos por tanta expectación, no hayamos verificado la profundidad, con lo que el motor ha tocado fondo, la zodiac ha empezado a dar empellones y los seis 'teletubbies' presentes, entre ellos un servidor, hemos dado con nuestros gordos traseros en el fondo de la embarcación. La bandera ha dejado de flambear, el motor se ha revolucionado, la hélice se ha ido a tomar viento y con ello nuestra reputación militar a ojos de los turistas. Pelillos a la mar, hemos desembarcado, sí, pero empujando nosotros la barca como si fuera un Seiscientos de los buenos tiempos. Triunfando como de costumbre. Si hubiésemos llegado con un casete de Manolo Escobar sonando a todo trapo, el éxito del desembarco hubiera sido total y los turistas encantados.

La caleta es un un lugar precioso. Además de unas vistas espectaculares que hoy alcanzaban no solo el archipiélago de lasShetland del Sur sino también la misma costa continental de la península Antártica, debió de ser un fábrica de despiece de ballenas en la primera mitad del siglo XX. Algunas casas de madera a medio derruir, huesos de ballenas, barcas abandonadas y dos cruces de madera con sendos nombres escandinavos escritos son los testimonios de un pasado glorioso. Me ha llamado la atención, además, la fecha escrita en una de las cruces: 1928, pocos años antes de que nacieraPepita Castellví, la protagonista de nuestra película, que no ha dejado pasar la ocasión para depositar una ofrenda en forma de piedra volcánica en la tumba.

A continuación hemos regresado a la base al tiempo que el 'Hespérides' hacía su entrada en la preciosa bahía. Hemos recogido nuestros enseres, no sin antes proceder a un ritual militar. Ver a nuestro director de fotografía,Hans, de estética y hábitos más que hippis y que a buen seguro no había visto a un militar más que en las películas, desfilar y arriar la bandera que ondeaba en su honor con gran ceremonial y con un destacamento en posición de firmes y marcial saludo a la bandera, es uno de los grandes momentos de este viaje.

Homenaje del 'Hespérides' a Pepita

Y ha llegado el momento de las despedidas entre los que se van y los que se quedan, lo confieso, con un nudo en el estómago por la sensación de estar asistiendo al final de una gran aventura. Ahora empieza el largo viaje de regreso a casa, y el cruce del paso del Drake con un pésimo pronóstico metereológico. Pero esto lo contaré mañana, si el bamboleo del barco me lo permite. De momento, quería contarles nuestra despedida. Los militares, que nos han tratado siempre con respeto y cariño, estaban tramando algo.

Después de los parabienes de rigor, embarcamos de vuelta al 'Hespérides'. De repente, dos grandes chorros de agua surgidos del barco se elevan en el cielo formando un arco, las sirenas empiezan a sonar y en la montaña cercana se encienden bengalas al paso de la zodiac que nos devolvía al barco: homenaje de gala para Pepita, pionera de la investigación antártica española. Poco después, ya en el barco, levamos anclas.

Pepita sale a cubierta, el mar como un plato, el cielo azul y la temperatura suave. Levanta sus ojos verdes, echa una mirada a los fuelles de Neptuno, el angosto paso de salida de la isla y me dice: "Qué hermoso día para ver la Antártida por última vez"...

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