La acción judicial contra la anterior directiva del club

El trompazo del Elefant Blau

Joan Laporta es víctima de la regeneración ética que afortunadamente propuso al Barça

El trompazo del Elefant Blau_MEDIA_2

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ANTONIO FRANCO

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Algunos que siempre han dicho que el Barça es más que un club se sorprenden y rebelan cuando la entidad lo confirma por la vía de los hechos. Los simplemente clubs tienen como único objetivo ganar partidos; lo demás es adorno. Y se puede sobreentender que buscan ese éxito al precio que sea, tanto en dinero como en otras monedas, como la de mirar hacia otra parte en las formas y los procedimientos. En esos simplemente clubs, si la pelota entra, la misión está cumplida.

Pero aquí estamos mayoritariamente de acuerdo --Joan Laporta incluido-- en que el Barça es otra cosa. Su matrícula identitaria no es Goles y Campeonatos, sino Deporte y Ciudadanía, entendiendo la ciudadanía en su acepción ética y política. Por eso la bandera del club encarna los valores democráticos y un sentimiento representativo nacional de Catalunya. Cuando los fascistas fusilaron a uno de los presidentes no lo hicieron precisamente porque el equipo metiese muchos goles.

Debemos recordar algo más sobre los clubes, que se mueven, gracias al respaldo popular, en un espacio que escapa a la justicia ordinaria (una agresión deliberada en el terreno de juego no acaba en la cárcel), a la legislación laboral y contractual común, y, atención, a la fiscalización económica habitual de las demás entidades. Sobre esto último, lo menos que puede decirse es que el fútbol desprende aroma a chorizo por la ligereza con que bastantes de sus dirigentes administran el dinero colectivo. Hay una explicación. Como a veces los clubes deficitarios recurren a presidentes/mecenas que ponen dinero de sus bolsillos, luego es difícil controlar cómo lo gastan. Las asambleas de socios tradicionalmente no tienen información detallada y concreta de las cuentas, y los aficionados suelen contemporizar frente al despilfarro o las sospechas de comisiones ilícitas si los resultados deportivos son buenos. El problema es que este marco comprensible para aquellas circunstancias se ha generalizado y el descontrol acaba beneficiando a directivos que gastan un dinero que no han puesto ellos.

Laporta, en el fondo, se queja de que esta tradición de las asambleas mirando hacia otro lado en las cuestiones financieras se haya quebrado con él, el presidente con los mejores resultados deportivos de la historia. Entiendo su amargura, aunque me sorprende que un hombre tan intuitivo no sea consciente de que es precisamente él quien ha elevado el nivel de exigencia del barcelonismo en todas las direcciones.

Laporta accedió al cargo en nombre de la regeneración. Resulta lógico que, junto a las victorias en los terrenos de juego, junto al objetivo regenerador en el Deporte, la gente del Barça quiera asimismo la regeneración en el factor Ciudadanía. L'Elefant Blau, la propuesta idealista de cambios -también éticos-- que formuló cuando estaba en la oposición, sigue vivo en la sensibilidad barcelonista aunque sea de forma difusa. Paradójicamente, ese elefante ha acabado dándole un trompazo aLaportapara recordarle cosas que él siempre predicó, empezando por lo de que el Barça ha de tener otros méritos además de ganar los partidos. Para decirle que aciertos fantásticos -vincular la camiseta a Unicef, desarticular los excesos antidemocráticos de los Boixos Nois o profundizar la diferencia con el modelo del Real Madrid deFlorentino,con su ánimo acaparador de futbolistas creados por el trabajo ajeno- debían ir acompañados de una gestión económica impecablemente transparente, eficaz y austera. Ese elefante subliminal camina solo, independiente deLaporta,y aún no ha digerido el incumplimiento de la promesa de levantar la alfombra de las etapas anteriores o de que se continuase en el cargo, gracias a la letra menuda, cuando más del 60% de los socios pedían que se marchase.

Exageran quienes hablan de fractura social por decidir que sea un juez quien aclare lo sucedido en la gestión económica del laportismo. Ir al juez en vez de pelearse es lo idóneo cuando existen dudas de ese tipo. Hay una simple división de opiniones sobre ello, pero no se puede hablar de fractura social cuando hay unidad absoluta en el respaldo del equipo y de lo que significa la entidad. Tampoco tienen razón moral quienes sostienen que una victoria por solo 29 votos no faculta para tomar decisiones trascendentes. Si fuese aconsejable un resultado mas amplio, el reglamento ya lo especificaría. También creo queCruyffmete un gol en propia puerta al opinar que en este tipo de asambleas únicamente deberían poder votar los expertos en economía. Es el mismo tic que conduciría a que en las elecciones generales únicamente pudiesen votar los licenciados en ciencias políticas. Además, en la asamblea se votó sobre conductas humanas, y eso todo el mundo tiene derecho a enjuiciarlo.

Subrayo otra cosa: blindar las posibles responsabilidades personales en la gestión del Barça a través de una póliza pagada por el club significa confundir esta entidad asociativa con una empresa-negocio. Esa puede haber sido, tal vez, la confusión de fondo deLaportay su equipo.

Periodista.