EL ADN de la semana

Trigo

PERE PUIGDOMÈNECH

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Un nuevo paso en el conocimiento del genoma del trigo. Aunque  no está acabado porque, a pesar de los avances en las técnicas del ADN de los últimos años, es un problema complejo. Pero mucha gente trabaja en ello porque para los que vivimos en Europa y el Mediterráneo, el trigo ha sido, y es, la base esencial de la alimentación.

La complejidad del genoma del trigo en parte se debe a su  origen. La planta que conocemos  no existe como tal en estado silvestre. En Oriente Medio convivían tres especies emparentadas que se pudieron cruzar de forma espontánea y dar una descendencia que tenía unas propiedades que interesaron a los primeros agricultores, los cuales la mantuvieron. El trigo se expandió por todo el mundo y hoy es la base de la alimentación del 30% de los humanos. Junto con el arroz y el maíz, el 50% de nuestras calorías provienen de estos cereales.

Actualmente cultivamos diferentes tipos de trigo. El que utilizamos para hacer pan contiene los genomas de las tres especies que lo formaron. Ha acabado siendo cinco veces más grande que el genoma humano y, como las especies son muy parecidas, saber cómo se coloca cada pieza del genoma es muy difícil. Esto no quiere decir que no se avance. Ahora se acaba de presentar un cromosoma entero, que por sí ya es enorme, y un borrador total del genoma que ha hecho un gran consorcio internacional.

El trigo es tan importante como para que en el mediterráneo sea casi sinónimo de comer, pero también interesa a americanos, chinos y australianos. Pan, pasta, pasteles y una infinidad de productos se basan en las propiedades de los diferentes tipos de trigo. Pero no hay que olvidar que su cultivo necesita protección con pesticidas y que hay amenazas en el horizonte. Un nuevo hongo   ataca los cultivos en África y se acerca a Europa. Hemos de aplicar todo lo que sabemos para tener buenas cosechas y recordar que: «Te ganarás el pan con el sudor de tu frente».