Al contrataque

Si todos hablasen

Sin la voluntad de arreglarlo, si no se van bajando un poquito del burro unos y otros, esto de Catalunya no se solucionará y se eternizará

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JORDI ÉVOLE

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Nuevo intento: dos expresidentes de Gobierno, uno catalán y otro español, debatiendoArtur Mas y José Luis Rodríguez Zapatero saben cómo empezó todo. Ambos retocaron el Estatut que salió del Parlament de Catalunya con un 90% de votos favorables. O sea, que Zapatero no cumplió su promesa («Apoyaré el Estatut que salga del Parlament de Catalunya»), pero es que Mas tampoco. Aunque hay que reconocerles que sus retoques fueron refrendados por el pueblo de Catalunya. Y que fue el recurso del PP ante el Tribunal Constitucional el que lo estropeó todo. Ahora, que no es tiempo de matices, todo se mezcla y parece que el «apoyaré…» sea el origen de la decepción del Estatut. Y diría que no fue así.

No quiero defender ni a Zapatero ni a Mas, que ya se defienden ellos solos. De hecho, me inquieta su forma de remendar el Estatut que había salido del Parlament con un apoyo abrumador en septiembre del 2005. Ellos dos solitos, en enero del 2006, cambiaron algunos ingredientes de un plato que sabían que se le iba a indigestar a más de uno en el Congreso de los Diputados. También me inquieta que ignorasen la figura del entonces president de la Generalitat, Pasqual Maragall. Ay, si todos hablasen.

Pero a la vez, el dúo ZP-Mas hizo política. Política a escondidas, poco transparente, tan eficaz como fea. Pero lograron un acuerdo que desbloqueó una situación que en aquel momento provocaba el hartazgo de gran parte de la población, como luego demostró la baja participación en el referéndum del Estatut, cuando todavía ni el PP ni el Constitucional habían sacado la tijera. Pero eso ya es historia, y de lo que más nos acordamos es del «apoyaré…», que para eso los relatores del procés han sido unos y no otros.

Habrá que hacer política

Precisamente lo que se echa de menos es que alguien del Gobierno catalán y alguien del Gobierno español sigan hablando. Pero ¿cómo van a hablar si el Gobierno catalán está cesado? ¿Cómo van a hablar si más de la mitad de sus miembros está en la cárcel y la otra se ha autoexiliado a Bélgica? No parece que se den las circunstancias para el diálogo, y además entramos en las tensiones electoralistas de una campaña. Que si tú adoctrinas, que si tú ibas a provocar muertos, que si tu tele no la hace gente normal, que si los partidos no independentistas son la banda del 155…

Quien crea que el 22 de diciembre todo estará arreglado, se equivoca. Aquí tarde o temprano habrá que hacer política, eso que algunos llaman «el arte de lo posible». Y eso pasa por que personas que no piensan igual –como en su momento hicieron Mas Zapatero, con todo lo criticable que tuvo aquella reunión– se sienten a desenrocar. Sin la voluntad de arreglarlo, si no se van bajando un poquito del burro unos y otros, esto no se solucionará y se eternizará. Y el personal, hoy tan movilizado, acabará tan harto como acabó de aquel Estatut que ahora tanto añoramos pero que votaron menos de la mitad de los catalanes. Sería una pena. Otra.