Dos miradas

Todo muy normal

Es normalísimo que, si clavamos una chincheta en cada caso de corrupción, nos quede un mapa de España (incluida Catalunya) hecho unos zorros

Narcís Serra (izquierda), presidente de Catalunya Caixa, y Adolf Todó, director general, en una imagen del 2009.

Narcís Serra (izquierda), presidente de Catalunya Caixa, y Adolf Todó, director general, en una imagen del 2009.

EMMA RIVEROLA

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Es «normal» que las empresas que trabajan para el partido hagan donaciones para ayudarle, afirmó el asesor jurídico y representante legal de CDC. Claro. Es muy normal abrir la puerta al compadreo entre empresas y partidos, al «hoy por ti y mañana por mí», a las instrucciones sottovoce sobre cómo preparar un presupuesto fetén para que yo te lo apruebe, mientras acordamos la comisión (me conformo con un 3% si tengo el día tonto) para el partido o para mí. ¡Niquelado, oigan!

Es todo muy normal. También que un exalcalde de Barcelona, exministro y exvicepresidente del Gobierno de España, al abandonar la política, se le caigan del bolsillo los valores socialistas y decida que, en plena crisis de la caja que preside y del país, es el momento de elevar los sueldos y las indemnizaciones de los directivos de la entidad. Es normalísimo que se manejen cifras millonarias mientras la caja está inmersa en el primer rescate público. ¡Que paguen otros la fiesta! Los ciudadanos, claro.

Es normalísimo que, si clavamos una chincheta en cada caso de corrupción, nos quede un mapa de España (incluida Catalunya) hecho unos zorros. Aquí, una autopista amañada. Allá, una rotonda. Aquí, el saqueo a lo grande de las cajas de ahorro. Más allá, un bolso, unos trajes o, por qué no, unos suculentos sobres...  Todo muy, muy, muy normal. También que, de cuando en cuando, nos sobrevenga una arcada antológica por todo lo que hemos y seguimos tragando.