TNC: tres de tres

Coinciden tres escritores catalanes en los escenarios del Teatre Nacional de Catalunya

JAUME SUBIRANA

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Esta semana en la que todo el mundo habla de triplete refiriéndose al mundo de la pelota, me temo que ha pasado más desapercibido otro tres de tres de carácter, en este caso, cultural: me refiero a la coincidencia en las tres salas del TNC, el Teatre Nacional de Catalunya, de tres obras de autor catalán con las últimas funciones de los Mots de ritual per a Electra de Josep Palau i Fabre, dirigido por Jordi Coca, en la Sala Tallers; L'Hort de les Oliveres de Narcís Comadira, recién estrenado en la Sala Gran, y la presentación pública y los últimos ensayos en la Sala Petita de Incerta glòria de Joan Sales, montada por Àlex Rigola (y aún se anuncia, a partir del 28 de mayo, La nostra mort de cada dia, de Manuel de Pedrolo, dirigida por Marta Gil).

El hecho no solo es destacable porque se trate de tres autores catalanes, después de que hace un tiempo llegase a convertirse en endémica la queja de que a las obras autóctonas les costaba mucho llegar a los escenarios del armatoste blanco de Bofill, sino que se tiene que destacar que además son tres escritores que han escrito o se han interesado por el teatro pero no propiamente dramaturgos en el sentido de autores reconocidos ante todo como tales.

Así, se subraya la opción del TNC y de su director, Xavier Albertí, de gestionar el primer teatro público del país no solo vinculándolo a una cierta opción por la cultura catalana, entendida en el sentido más amplio del término, sino también al riesgo y la apuesta, a una responsabilidad (no exclusiva, ni excluyente, pero sí presente) digamos que de kilómetro cero que nos ha traído o nos traerá también esta misma temporada zarzuela en catalán, Serafí Pitarra, Feliu Formosa, el Tirant lo Blanc, Josep M. Muñoz Pujol Lluïsa Cunillé. Al lado de Valle-Inclán, Bernhard o De Filippo, como querríamos que fuera siempre: como ya de de hecho en tantas colecciones literarias, en las mesas de las librerías, en las estanterías de nuestras casas, en nuestra memoria de lectores y espectadores. De aquí y de allá, en contraste y concurrencia. Ventajas de las culturas no gigantes, y poco arrogantes.