El turno

El tesoro del coronel Gadafi

JORDI Mercader

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Desde la huida deMarcosde Filipinas, todo déspota sabe que no se debe guardar nada de valor en los palacios. Por eso no es fácil que aMuamar Gadafise le vaya a encontrar nada en casa, ni siquiera unos miles de zapatos como aImelda Marcos; como mucho, unos trajes y unas capas que hagan honor a su condición de número cinco delrankingde la moda según la prensa americana de no hace mucho. Dicen los entendidos que el tesoro deGadafisupera de largo los 100.000 millones de dólares, convenientemente disimulados a través de tapaderas diversas. Estos dineros pueden estar invertidos en cualquier esquina europea, red de distribución de carburantes, banco o grupo de comunicación, a resguardo del embargo decretado por la ONU y los países más poderosos, que a día de hoy le han paralizado 34.000 millones de dólares a su nombre. Todo lo que no sean zapatos y cuentas nominales en bancos (los banqueros suizos siempre acaban por hablar) se presume muy difícil de intervenir.

Dado que es de suponer que nadie va a presentar una autentificación de firma para reclamar un capital que automáticamente sería confiscado, ¿qué pasará con este montón de acciones y millones que están rindiendo en grandes y respetables empresas occidentales? ¿Van a quedar en el limbo financiero? Incluso siendo optimistas sobre la pericia de los inspectores en la localización de esta bolsa de millones, el descubrimiento, ¿conllevaría su embargo y en consecuencia el colapso de las compañías afectadas?

La suerte deGadafies una incógnita, pero no lo imagino disfrutando de la vejez en un rincón perdido del planeta. Tampoco declarando ante un tribunal por sus atrocidades. De la misma manera que la supervivencia de larealpolitika veces necesita en los tiranos actitudes épicas en los últimos segundos de sus vidas, la economía no puede prescindir de los 100.000 millones del gran inversor. Temo que larealeconomicstambién exista. Al menos, que la beneficiada sea Libia.