El teatro vuelve a la radio

El pasado día de Navidad al mediodía, la SER emitió una nueva obra de teatro en la tradición inaugurada el pasado año con Canción de Navidad de Charles Dickens. En esta ocasión, fue Our town (Nuestra ciudad), de Thorton Wilder, una las obras capitales del teatro del siglo XX. Y el teatro en la radio volvió a convocar a miles de personas con el oído atento y la imaginación despierta. Recojo algunas de las opiniones vertidas en las redes sociales, al término de la emisión: «Hemos sido abducidos por Our town»; «Que no se pierda la cultura del radioteatro»; «Si proliferaran emisiones como esta, aumentaría también en nuestros jovenes la inquietud por leer y emocionarse con el teatro»; «Gracias por incentivar nuestros sueños y nuestra imaginación»...  Es momento, quizás, de tomar buena nota y seguir con la iniciativa, aumentándola si cabe. Que cabe. Me consta la voluntad de la SER al respecto.

En 1982, con la llegada del PSOE al poder se desmanteló el cuadro de actores de RNE. Cuando le pregunté a un importante responsable de ese partido el porqué de tal decisión me dijo textualmente: «El teatro en la radio ya no tiene razón de ser, está pasado de moda, se acabó su tiempo». Por esas mismas fechas la BBC seguía con sus emisiones de radioteatro tres veces por semana. Los grandes autores del teatro británico -Beckett, Rattigan, Coward, Pinter, Stoppard, Hare, Bennett y un largo etcétera- afilaron sus armas en la radio y estrenaron allí algunos de sus mejores textos antes de presentarlos en el teatro. Y todavía hoy la tradición se mantiene gracias a nuevas obras y nuevos autores. El teatro prosigue, pues, en la radio y de aquel político nunca más se supo: sin razón de ser, pasó de moda y acabó su tiempo.

En los últimos años, el teatro -la ficción- ha vuelto a RNE con su programa Ficción sonora (en colaboración con La Casa Encendida) y con la emoción añadida del directo. Y, ítem más, en los primeros días de enero empezará la grabación de Don Quijote de la Mancha. Un gran proyecto. Me consta. Porque en ese proyecto me cabe en suerte interpretar al Ingenioso Hidalgo. Y lo haré desde el amor al teatro y el amor a la radio que me inculcaron quienes me precedieron ante al micrófono. A ellos, mi sincero homenaje.

Por cierto, en 2015 (¡ya!) celebraremos el centenario del nacimiento de Orson Welles, artista enorme en todos los sentidos: un gigante del cine, un gigante del teatro y también, que no se nos olvide, un gigante de la radio.

¡Feliz Año Welles!