Apuntes

Teatro para las vacaciones (y 2): París y Nueva York

JOSEP MARIA POU

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Punto y seguido con respecto a la semana pasada. Quienes viajen a Londres tuvieron ya sus recomendaciones. Vayamos ahora con los que se quedan un poco más cerca o deciden, por el contrario, ir todavía más lejos, océano de por medio: París y Nueva York.

Los que lleguen a París para tres o cuatro días (benditos los que disponen de una semana entera) pueden ir a tiro seguro acercándose a la Comédie-Française donde encontrarán siempre el mejor teatro. Ver una obra de Molière en la Salle Richelieu es un premio que uno debe darse por lo menos una vez en la vida. Más aún si se trata de L'avare, ahora en programación junto a Troïlus et Cresida, de Shakespeare, y Phèdre, de Racine. No les asuste el olor a antiguo que desprenden el teatro y sus alrededores (Palais Royal, Rue du Louvre, etcétera), porque los montajes de la Comédie suelen ser de los más avanzados, arriesgados y atractivos de la cartelera parisina.

Para los que se cansen de callejear y necesiten una hora de tranquilidad, recomiendo una comedia que se titula precisamente así, Une heure de tranquilité, en la que podrán romperse las manos aplaudiendo el trabajo de Fabrice Luchini, actor al que recordarán como protagonista de En la casa, estupenda película de François Ozon que ganó la Concha de Oro en el último festival de San Sebastián.

Saltemos ahora a Nueva York: ¡Broadway y el delirio! (a veces, no siempre). Los que gusten ver de cerca a las grandes estrellas (de 200 a 275 euros, al cambio, la mejor butaca) tienen ahora tres objetivos: Vanessa Redgrave, Scarlett Johansson y Tom Hanks, al que se puede ver en Lucky guy, comedia póstuma de Nora Ephron, que cuenta la vida y milagros de Mike McAlary, periodista ganador del Pulitzer, muerto de cáncer a los 40 años, e íntimo amigo de Tom Hanks. Esa amistad y el deseo de homenajearle públicamente han hecho que el actor pierda su ancestral miedo a los escenarios y aparezca por primera vez en un teatro de Broadway.

De Scarlett Johansson en La gata sobre el tejado de cinc la crítica ha dicho que ha venido a calentar el duro invierno de Broadway y nadie lo pone en duda; y Vannessa Redgrave en The revisionist comparte escenario con el joven Jesse Eisenberg, autor también de la obra, al que vimos como protagonista de La red social, aquella película sobre los orígenes de Facebook.

Si de los tres espectáculos hubiera que elegir uno, yo me quedaba con el de Vanessa. Sin dudarlo. Hagan un esfuerzo. Tocarán el cielo.