Los SÁBADOS, CIENCIA

Talento catalán por el mundo

Desde hace años, nuestros investigadores son unos magníficos embajadores del país

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MANEL ESTELLER

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Durante mi primera semana haciendo investigación en Estados Unidos estaba  intentando adaptarme a la nueva vida y al laboratorio cuando me comunicaron que el director del departamento quería verme. Con cierta precaución, fui a su despacho, que en aquella época era una mezcla de encantes y de zoco, y entré. Era un señor bajito que se había formado como médico e investigador en los estados de Carolina del Norte y Maryland. Mirándome con sus ojos pequeñitos tras una canosa barba me preguntó suavemente:

-Manel, tú eres catalán, ¿no?

-Sí..., contesté sorprendido .

Me dedicó una sonrisa y añadió: «El único catalán que he conocido fue Pau Casals, y nunca olvidaré su discurso en la ONU». ( http://www.youtube.com/watch?v=6KVX6fKxojk). Ese día comprendí nítidamente la necesidad clara de tener buenos embajadores de la cultura y la ciencia catalanas.

Hoy tenemos muchos buenos investigadores nacidos o formados en Catalunya dispersos por todo el mundo. Unos por voluntad propia, pero otros forzados por las circunstancias. Un camino en la búsqueda de la excelencia. Excelencia profesional más allá de nuestras fronteras, terreno en el que  fueron pioneros el doctor Josep Trueta en la Universidad de Oxford o el doctor Joan Oró en la Universidad de Houston pero que en la última década ha ido aumentando progresivamente. Solo la apertura de grandes centros de investigación biomédica de gran calidad como el Institut de Recerca Biomèdica (IRB) o el Centre de Regulació Genòmica (CRG) a principios de este siglo invirtieron momentáneamente esta tendencia, que ha vuelto a remontar últimamente.

La marca Barcelona sigue siendo atractiva para ciertos investigadores, pero debemos cuidarla y mimarla con nuestras máximas atenciones para que se mantenga. Los buenos investigadores de aquí están ahora en el mercado y desde Estados Unidos, Alemania y Suiza los ven como presa fácil. Como dice el refrán, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Bien, una vez hecho el diagnóstico, y sin varita mágica de soluciones -más allá de reclamar una decidida inversión en investigación basada en la revisión objetiva de los investigadores, como hacen países de nuestro tamaño como Holanda, Dinamarca o Finlandia-, quizá será necesario sacar provecho de la situación. Todos estos grandes investigadores que trabajan en los centros más prestigiosos del planeta tienen la oportunidad de hacer llegar los valores de Catalunya a personas, entidades y sociedades que desconocen nuestra tierra. Con su magnífico trabajo desde el laboratorio o el despacho nos colocan en el mapa internacional, pueden asesorarnos sobre cómo hacer las cosas mejor en casa y nos harán sentir orgullosos.

Desde oncólogos clínicos como Josep Baselga (Memorial Sloan- Kettering de Nueva York), Antoni Ribas (MD Anderson de Houston) o Joaquim Bellmunt (Harvard, Boston) y patólogos como Carles Cordon-Cardó (Mount Sinai Hospital de Nueva York) o Josep Costa (Escuela de Medicina de Yale) a investigadores de los mecanismos del cáncer como Joan Massagué (Memorial Sloan- Kettering de Nueva York), Àngel Pellicer (Universidad de Nueva York), Jordi Barretina (Novartis Institutes for Biomedical Research, Massachusetts) o Salvador Macip (Universidad de Leicester, Reino Unido). Desde la investigación cardiovascular, como Valentí Fuster (Mount Sinai Hospital de Nueva York), al estudio de la diferenciación de las células de Ariel Ruiz i Altaba (Universidad de Ginebra, Suiza). Distintas edades, diferentes países y diferentes trayectorias profesionales y vitales, pero todos buscando los descubrimientos biomédicos de mayor impacto y aplicación posibles. Unos embajadores de la ciencia catalana que tendrán que buscar las necesarias complicidades internas y externas para explicar el talante de nuestro pueblo.

volvamos al discurso de Pau Casals en la ONU: «Déjenme que les diga una cosa... Yo soy catalán. Catalunya es hoy una región de España, pero ¿qué ha sido Catalunya? Catalunya ha sido la nación más grande del mundo. Les explicaré por qué. Catalunya tuvo el primer parlamento mucho antes que Inglaterra. Catalunya tuvo las primeras Naciones Unidas: en el siglo XI todas las autoridades de Catalunya se reunieron en una ciudad de Francia -entonces Catalunya- para hablar de paz... Paz en el mundo y contra, contra, contra las guerras, la inhumanidad de las guerras... Esto es Catalunya».

Si a la defensa de la paz como bandera de nuestro ser añadimos la voluntad decidida de seguir apostando por la investigación y la innovación ya tendremos todos una tarjeta de visita magnífica para ir por el mundo. Queremos más Pau Casals.