El sueño frustrado de Maragall

La ausencia de Catalunya y Euskadi refleja el agotamiento de la conferencia de presidentes, única huella del impulso federalista de Zapatero y Maragall

José Luis Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall, el 27 de enero del 2006.

José Luis Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall, el 27 de enero del 2006. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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En 1999, de vuelta de su retiro romano, Pasqual Maragall no se conformaba con arrebatar la Generalitat al 'virrey' Jordi Pujol. Su sueño era servirse de la fuerza de choque del PSC, que en aquel entonces era mucha, para promover tres proyectos de calado, casi revolucionarios: primero, reconvertir al PSOE en un partido federalista de verdad; segundo, modernizar la arquitectura de España para acomodarla a su pluralidad territorial y cultural; y tercero, erigir a Catalunya en motor de esa transformación, liquidando así la hegemonía local de la derecha nacionalista.

Un año más tarde tuvo Maragall la fortuna de toparse con un joven diputado leonés que antes de cumplir los 40 anhelaba liderar un PSOE en ruinas. José Luis Rodríguez Zapatero había leído (y entendido) a su paisano Anselmo Carretero, socialista, republicano y federalistaAnselmo Carretero exiliado en México. Igual que en el siglo XIX el proteccionismo hermanó a las burguesías catalana y castellana --una fabril, la otra rural--, Zapatero y Maragall conectaron gracias al federalismo mesetario de Carretero. Ahí se gestó el giro federal del PSOE (Declaración de Santillana, 2003), que incluía los 'amejoramientos' estatutarios, la reforma de la Constitución y una conferencia de presidentes de carácter cooperativoconferencia de presidentes, inspirada en las cumbres de la Unión Europea y llamada a sustituir el viejo debate autonómico del Senado, demasiado rígido e inoperante. 

UN MODELO AGOTADO

Al éxito del desbloquear la financiación sanitaria le siguieron varios fracasos, con la lucha partidista, los recelos territoriales y la crisis como telón de fondo. Del agotamiento del modelo --y, por extensión, del Estado autonómico-- da fe la incomparecencia este año de Carles Puigdemont e Íñigo UrkulluCarles Puigdemont Íñigo Urkullu. Si los gobernantes de dos nacionalidades históricas no se sienten concernidos por esta cita, el problema no es ya de los ausentes, sino de los convocantes.