Opinión | EL ARTÍCULO Y LA ARTÍCULA

Juan Carlos Ortega

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Soy 'cienciata'

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ntenderán el título del artículo cuando lo hayan terminado. Solo les pido unas líneas de paciencia, porque hoy quiero elogiar a un ministro. Sé que no es algo habitual, al menos en este tipo de columnas donde algunos escribimos nuestras opiniones. Opinar significa, para muchos, criticar algo. Y si es a un ministro, mejor que mejor.

Verán, quiero hablarles de Pedro Duque, y no lo voy a hacer de oídas, sino porque tengo un conocimiento directo de algo que ha hecho y que –perdonen la cursilería– me ha emocionado bastante.

Resulta que tengo una estrecha relación con unos amigos que trabajan en el <strong>Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)</strong>. Hace dos semanas, el ministro Duque viajó hasta las islas para conocer a los científicos que allí trabajan. Me dicen mis contactos que el hombre no parecía un ministro. Me lo cuentan ilusionados y perplejos, no dando crédito. En todo momento –me aseguran– pareció un científico. Preguntaba más que opinaba, se interesaba por los problemas del observatorio más que de quedar bien y llegó incluso a decir en varias ocasiones: «Caramba, esto no lo sabía». Es decir: demostró que era un científico dispuesto a aprender.

El Instituto de Astrofísica de Canarias ha vivido momentos de un surrealismo que sería cómico de no ser perfectamente estúpido. Cuando empezó la crisis, en el año 2008, les obligaron a apagar las luces y cerrar el acceso al edificio a partir de las 5 de la tarde, para ahorrar. Lo hicieron con muchos organismos oficiales, pero la burocracia de la época no entendió que cerrar un observatorio astronómico por la tarde y negar la entrada a astrónomos por la noche es un chiste malo y sin sentido. Eso les ocurrió. No me lo estoy inventado.

La burocracia es una enemiga mortal de la ciencia, y esa fue una de las principales preocupaciones que mostraron los trabajadores del IAC ante un ministro que escuchaba tomando nota. Duque les prometió que haría lo que pudiera, pero que entendieran que no sabía cuánto tiempo estaría al frente del ministerio y que no podía hacer milagros.

Héctor Socas, un genio de la astrofísica que trabaja allí, me narró el estupor de todos los trabajadores ante la humildad del nuevo ministro. Les inyectó a todos una dosis de optimismo que, esperemos, no termine decepcionándolos.

Cuando le dije a mi amigo Socas que iba a escribir un artículo elogiando al ministro Duque, me dijo: «Ten cuidado, Juan Carlos, porque te pueden acusar de 'sociata'».

Mirándole a los ojos le dije: «No elogio a Pedro Duque porque sea 'sociata'. Lo hago por vosotros. Por los científicos, porque lo que sí soy es 'cienciata'».

Aquí está, queridos amigos del Instituto de Astrofísica de Canarias este artículo dedicado a vosotros, con la esperanza de que el ministro lo lea y luche con todas sus fuerzas por no defraudaros jamás.