Contrapunto

Solidaridad entre generaciones y pensiones dignas

No es de recibo presentar al baby boom como el problema del sistema cuando ha sido su solución durante décadas

LOS PENSIONISTAS SE ACERCAN  A MADRID_MEDIA_1

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Salvador Sabrià

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En la escuela pública de mi hija funciona desde hace años un sistema para compartir material y libros entre todos los cursos. Todos los alumnos pagan la misma cuota, aunque el material de los más pequeños sea más barato que el de los mayores. Y además, se incluye un pequeño añadido para que todos los alumnos puedan hacer un viaje de despedida de la escuela su último año. En todos los cursos hay dos líneas, excepto en uno que tiene tres. Los de este grupo, al ser más, han contribuido también, como colectivo, en mayor cantidad que los de los otros cursos. Y todo el mundo tiene claro en la escuela que cuando les toque ir de viaje, recibirán una aportación extra al margen de las cuotas para libros y material para que todos los alumnos de las tres líneas puedan viajar.

Esta misma explicación valdría para hacer entender que en el debate que se está produciendo actualmente sobre la viabilidad del sistema de pensiones, prácticamente se culpabiliza de su posible quiebra a la generación del baby boom baby boom, los nacidos en los años 1960 y 1975. Cuando la realidad es al revés. Ha sido esta generación la que con sus elevadas cotizaciones y largas carreras la que ha mantenido viable el sistema y ha permitido que el equilibrio entre ingresos y prestaciones de la Seguridad Social haya aguantado casi tres décadas más de lo que hubiera hecho sin esta cohorte tan numerosa. Y no sería justo desde un punto de vista equitativo que ahora que le toca recibir la prestación se le recorte este derecho.

Todos los miembros de este grupo de "jubilados de tres línieas por curso", utilizando el símil de la escuela, tienen el mismo derecho que los de  la generación que les ha precedido y que los de las cohortes mucho menos numerosas que les vienen detrás a recibir, como mínimo, las mismas prestaciones públicas. El argumento de que no habrá dinero suficiente para ello no vale en este caso. De hecho, tampoco se utilizó cuándo estaban aportando mucho más de lo que el sistema necesitaba y nadie se dedicó a preveer que algún día deberían retornárselo de alguna manera. Se creó la hucha de las pensiones, es cierto. Y los trabajadores del 'baby boom' aportaron gran parte de su contenido. Pero a ellos no les llegará, porque ya se ha gastado durante la crisis

El Centre d'Estudis Demogràfics de la UAB ha desglosado de forma muy precisa el peso de cada generación en las aportaciones a la Seguridad Social, desde 1970 y con proyecciones hasta el 2070. Sus conclusiones deberían tenerse mucho más en cuenta en la futura revisión del Pacto de Toledo. Son datos reales y no solo percepciones y deseos como los que están marcando el debate actualmente, como la ocurrencia del Círculo de Empresarios de aumentar la edad de jubilación a los 75 años. A alguno de ellos me gustaría verlos con esta edad lidiando con un grupo de adolescentes de tercero de ESO o levantando a su madre de una camilla, si trabajase de enfermero, por citar dos ejemplos.