Violencia sexista

Sobre asesinatos machistas y denuncias previas

Acabar con su situación de violencia no depende solo de la mujer y de su decisión de denunciar, hay que exigir políticas que den protección y acceso al apoyo profesional

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Gemma Altell

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Desgraciadamente los últimos meses nos han vuelto a mostrar la cara más dura y sangrante del machismo, los asesinatos de mujeres. Afortunadamente cada vez son más visibles y el abordaje por parte de los medios de comunicación es mejor. Sin embargo últimamente escuchamos muy a menudo, al lado de la crónica de un asesinato machista, la información de si había o no había denuncias previas.

Velada culpabilización de la mujer

Es evidente que interponer denuncias visibiliza y pone luz a la situación de violencia machista y también está claro que hacerlo activa un proceso judicial que puede –teóricamente- ofrecer protección y reconocimiento de sus derechos a muchas mujeres. No obstante, a veces, en ese relato de los medios, observamos una sutil y velada culpabilización a la mujer que, a su vez, permite desculpabilizar al sistema: 'si una mujer no denuncia no sabemos que sufre violencia y por tanto no podemos ayudarla ni garantizar sus derechos'. No es cierto. No debería ser cierto. Afortunadamente en Catalunya contamos con una regulación y dotación de recursos que permite a cualquier mujer, sin denuncia previa, acudir a un servicio público especializado donde le pueden ofrecer apoyo psicológicosocialeducativoalojamiento y asesoramiento jurídico conviva o no con el agresor. Lamentablemente esto no es así en todo el Estado español; muchas comunidades autónomas requieren de denuncia previa para activar ayudas a las mujeres que sufren violencia.

Hay que intentar comprender en profundidad cómo opera la violencia machista (me refiero ahora en concreto a la violencia en la pareja) para saber que habitualmente la denuncia no es el primer paso que da una mujer. Necesita identificar el malestar, ponerle palabras después, aceptar que se ha frustrado un sueño familiar seguramente grabado a fuego por tantos años de educación patriarcal, dar el paso para buscar ayuda y empezar un recorrido sanador pero doloroso. A menudo, es en ese momento en el que puedes denunciar a una persona a la que has querido y quizá aún quieres aunque te dañe. Tarea nada fácil emocionalmente.

Por todo ello es importante dar oportunidades a las mujeres para que tengan un 'hilo' de ayuda en cualquier momento que lo necesiten y que sean ellas las que decidan en qué momento y cómo. El orden no debería ser rígido y la mirada judicial no es la única importante en esta cuestión. Antes de interponer una denuncia por violencia machista una mujer debe tener claro que hará los días siguientes y tener un plan. Es por ello que los servicios especializados son tan importantes y toman esta cuestión con tanta responsabilidad. No podemos orientar a las mujeres a denunciar como si acabar con su situación de violencia dependiera solo de ellas, individualmente y de su decisión de denunciar. No es verdad. Pero sí podemos mirar hacia arribar y apelar a las políticas que, no entendiendo el fenómeno en su complejidad, no centran los esfuerzos en la protección y la accesibilidad del apoyo profesional a las mujeres.