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Simulaciones de tu salón

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Desirée de Fez

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Están aquí los cines de lujo, los simulacros a lo loco del salón de tu casa. No soy una nostálgica de las salas. Y, como tanta gente, vivo con total normalidad la adaptación a una nueva manera de consumir cine. Pero, sin parecerme sacrilegio ver películas en el ordenador, tiendo a recibir con entusiasmo el tratamiento de las películas como acontecimientos, como obras importantes que vale la pena disfrutar en grupo. Adoro los estrenos en cine que se viven como eventos y las buenas salas de proyección; amo los festivales; aplaudo los pases con presentación de un experto, presencia de alguien del equipo y coloquio; y soy fan de los autocines y otras proyecciones al aire libre.

Hay en las nuevas salas de lujo algo espeluznante que deja el cine en segundo plano

Por todo esto, me sorprendió leer sobre la existencia en Madrid de dos salas de cine de lujo (una de Yelmo, y otra de Cinesa recién inaugurada)... aunque al descubrir cómo eran viera claro que no eran para mí. La aparición de esos cines, donde además de ofrecerte una proyección de calidad (están equipados con la mejor tecnología) te permiten estirarte y beber y zampar de menú durante la película, ni me indigna ni me molesta. Es uno de tantos sitios a los que no quiero ir, pero hay planes para todos los gustos. Sin embargo, su existencia encierra algo perturbador, un giro en los acontecimientos que no me esperaba... o no me esperaba tan pronto. El reclamo para llevar al espectador al cine no es ni la pantalla (aunque sea estupenda, no es la protagonista), ni el silencio (¿con el vecino comiéndose una tabla de ibéricos?), ni la experiencia colectiva del visionado (es difícil imaginar ese nexo idílico, etéreo, en una sala llena de espectadores en horizontal y con un vino en la mano).

El gancho es convertir la sala en una versión XXL de tu salón, con sus comodidades, sí, pero también con una réplica involuntaria amplificada de las cosas que te distraen de la pantalla del televisor o del ordenador cuando te pones una película en casa. Hay ahí algo espeluznante que deja el cine en segundo plano. Tú eres el protagonista, dice el 'spot' honesto de los Yelmo Cines Luxury. En él se recrean en las pizzas y en las crepes pero solo hay un plano de la pantalla de cine... un plano con la pantalla en blanco usada a modo de letrero.