DOS MIRADAS

Simplemente vivo

¿La política, hecha de ilusiones, del deseo de totalidad, es la vida?

De izquierda a derecha, Maria Rodríguez, Lluís Villanueva y Pol López, en 'Sopa de pollastre i ordi'.

De izquierda a derecha, Maria Rodríguez, Lluís Villanueva y Pol López, en 'Sopa de pollastre i ordi'.

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Ferran Utzet, el director de Sopa de pollastre amb ordi Sopa de pollastre amb ordi que se ha estrenado en La Perla 29, se pregunta si el montaje, ahora y aquí, envía "un mensaje claro de ánimo o de desánimo". Se confiesa desorientado, y es así porque el teatro no nos habla de blancos o negros sino de matices, de contradicciones. El drama de Arnold Wesker es, ahora y aquí, más actual que nunca. Y nos empuja contra uno de los dilemas de nuestros días. ¿La política, hecha de ilusiones, del deseo de totalidad, es la vida? O resulta que es cierto lo que dice la madre de la familia Khan, Sarah: "¿De qué sirve ser socialista si no amas?"

Otro personaje expone que "simplemente vive", y lo relaciona tanto con el derrumbe del ambiente politizado que ha visto siempre en su casa como con la voluntad corajuda de la madre de procurar la felicidad en base a "preocuparse de las cosas". Es decir: comer, dormir y "tener motivos para no estar triste". Esta madre (una fenomenal Màrcia Cisteró) sabe que no puede olvidar quién es y qué ha defendido siempre, aunque el mundo se hunda a su alrededor, pero al mismo tiempo es consciente de que simplemente vive, que procura mantener el reducto, también en vías de extinción, de la familia. Resistir. Tampoco sé si Sopa de pollastre amb ordi nos anima o nos desanima. En cualquier caso, nos hace pasar la maroma entre el vacío y la plenitud, entre la revuelta y la convención, entre el estallido y el desengaño. Vivir o hablar de cómo hubiéramos podido vivir.