Peccata minuta

Serrat y Llach

Ojalá, superados estos feísimos días, 'Paraules d'amor' sea el himno del entendimiento entre unos y otros

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JOAN OLLÉ

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Joan Manuel Serrat, entrevistado el jueves en Chile, declaró que «el 1-O no es transparente porque está amparado en una ley elaborada por el Parlament a espaldas de los demás miembros del Parlament». Y añadió: «La independencia es una palabra hermosa que inflama el corazón de los jóvenes y moviliza a las gentes (...) pero puede crear en Catalunya una situación de una gran fractura social que a mi modo de ver va a costar muchísimo tiempo recuperar».

No es la primera vez que el del Poble Sec se expresa políticamente desde Chile: en septiembre del 88 se desplazó hasta Santiago acompañando a la delegación española que asistía como observadora al plebiscito entre el 'sí' o el 'no' a Pinochet. La policía de aquel país  no le permitió bajar del avión.

Dios me libre de comparar, como no han cesado de hacer algunos estos últimos días, la actual situación catalana con una rebelión contra una perversa dictadura, la franquista, por ejemplo, que Serrat, en 1975 y desde México, condenó en rueda de prensa por haber condenado a muerte  en consejo de guerra  a cinco  militantes del FRAP y ETA, palabras  por las que sufrió un año de exilio.

Un año después, Lluís Llach compuso su estremecedor tema 'Campanades a mort', dedicado a las cinco personas abatidas por la Policía Nacional en Vitoria por el solo hecho de participar en una huelga.

Dos demócratas

No hay duda de que Serrat Llach son dos demócratas que se han significado a lo largo de su carrera por la defensa de las libertades, con la única diferencia de que mientras el público de uno iba a sus recitales a escuchar canciones, el del otro iba a ondear consignas y banderas. 

Se da ahora el azar ('Es caprichoso el azar') de que el de Verges se sienta en el Parlament y da por buenas leyes que Serrat tilda de sospechosas mientras Llach menosprecia y ataca las que, por más mal que le sepa, están en plena vigencia. Reproduzco un fragmento de una de sus canciones más conocidas: «No és això, companys, no és això / ni paraules de pau amb garrots / ni el comerç que es fa amb els nostres drets / drets que són, que no fan ni desfan / nous barrots sota forma de lleis». No, querido Lluís, las leyes aprobadas por la mayoría en un Estado de derecho no son barrotes carcelarios, y son mucho más fiables que las aprobadas con nocturnidad, alevosía y sin discusiones ni enmiendas. En otro de sus temas, 'No abarateixis el somni', Llach canta: «Si cal, conviurem la misèria, però ha de ser sense engany, dignament». Ojalá hubiera sido así, pero la invocación a la nueva república se ha construido con demasiadas mentiras baratas y comprobables. Ojalá, superados estos feísimos días, 'Paraules d’amor' sea el himno del entendimiento entre unos y otros.