Ser humano

Qué curiosa es la vida. Hace un par de días aterrizábamos en Madrid una parte del equipo de El objetivo. Veníamos de Francia, adonde nos habíamos desplazado para grabar la entrevista con la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. Veníamos comentando sus duras palabras acerca de la inmigración, su discurso sobre el cierre de fronteras y su incomodidad ante aquellos que priman la solidaridad a otros supuestos valores. Ya les adelanto que Le Pen, que no se considera de ultraderecha, cree que no podemos seguir dando a los inmigrantes de manera gratuita la sanidad y la educación. E inmigrantes también somos para ella los españoles. Piensa que tal y como está Europa, y en concreto Francia, ha llegado el momento de tomar medidas más duras.

Aún con estas palabras resonándome en la cabeza, pongo la tele y se me aparece el Gran Wyoming con el rótulo «Ser humano salva vidas». Señales. A su lado, sentado, en El intermedio, hay un hombre con sonrisa cautivadora y barba blanca. Es José Antonio Bastos, el presidente de Médicos Sin Fronteras en España. Está explicando, en horario de máxima audiencia, la importancia de colaborar con su nuevo proyecto, basado en una premisa muy sencilla: solamente un ser humano puede salvar a otro. Quieren llegar a 100.000 personas más y ofrecen datos contundentes como estos: el tratamiento de un niño con malaria cuesta menos de un euro; el tratamiento completo por desnutrición, de cuatro a seis semanas, son unos 40 euros: y, por ejemplo, atender un parto con seguridad, en el que se salvan la madre y el niño, tiene un coste de tan solo 30 euros. Datos y más señales.

Señales que reconcilian

Mientras estoy escuchando todo esto recibo un mensaje de una amiga que me cuenta entusiasmada la entrega de los premios de carnaval del colegio de su hijo. Y se me dibuja una sonrisa en la cara cuando leo el segundo mensaje. «¿Sabes de qué iban disfrazados los ganadores?», pregunta. Tercer mensaje: «¡¡De la valla de Melilla!!». Me cuenta la orgullosa madre que pensaron en usar sus disfraces para denunciar una situación que les parece injusta, y tienen solo 14 años.

Señales que te reconcilian con la vida, con este país y con nuestro propio futuro. Y para terminar el día, Mercedes Gallizo, exdirectora general de Prisiones, se muestra indignada en Twitter por las palabras de Le Pen contra aquellos que ayudan a los inmigrantes sin tener los papeles en regla. Y cierra su comentario con una frase que resume el día y que es toda una declaración de intenciones, una frase de la poetisa nicaragüense Gioconda Belli: «La solidaridad es la ternura de los pueblos». Pues eso.