El máster de Casado

Te sentirás seguro

Si eres dirigente de según qué partidos políticos puedes sacarte títulos sin tener que estudiar

El presidente del PP, Pablo Casado, a su entrada hoy al hemiciclo.

El presidente del PP, Pablo Casado, a su entrada hoy al hemiciclo. / .45202158

Rosa Ribas

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Ya desde hace un tiempo, cuando leo noticias referidas a los dirigentes políticos, sobre todo a los títulos y estudios que desaparecen progresivamente de sus currículos, tengo que pensar en tampones. Es una asociación automática que el tema reciente del máster invisible de Pablo Casado no ha hecho más que fijar con más fuerza. La mía, la de los 60, no es la primera generación que ha incorporado motivos y eslóganes de la publicidad en el habla diaria. Muchas veces se puede saber la edad de una persona gracias a cancioncillas o frases publicitarias que ya se han fosilizado en su forma de expresión.

Cuando aparecieron los primeros anuncios de tampones en la tele se establecieron unos patrones, que la publicidad de este producto no ha abandonado hasta hoy en día; chicas dinámicas que, vestidas con un pantalón blanco, llevaban a cabo todo tipo de actividades: montaban a caballo, jugaban al tenis, bailaban, hacían excursiones en bicicleta. Era tan exagerado que empezó a correr incluso un chiste que se mofaba de esta hiperactividad de élite, en el que una chica para Reyes se pedía un paquete de tampones, porque así esperaba poder hacer todas estas cosas impracticables para la mayoría de la población.

Si eres dirigente de según qué partidos políticos pasa más o menos lo mismo: gracias a ello puedes hacer cosas maravillosas, inalcanzables para el resto de la gente. Sin ir más lejos, puedes sacarte títulos sin tener que estudiar, sin tener que pisar la universidad, sentarte en el aula, tomar apuntes, pasar exámenes. Y lo mejor, lo puedes hacer sin mancharte la ropa. ¿No es formidable? Mil veces mejor que una caja de tampones.

Y, ¿qué pasa si empiezan a cuestionártelo? ¿Qué sucede cuando alguien quiere ver tu trabajo de fin de máster? ¿Cómo te quitas de encima ese incordio? No te preocupes, también aquí la publicidad infiltrada en el lenguaje cotidiano vendrá en tu auxilio, solo tienes que llamar a tu primo de Zumosol, el que estudió leyes.