LA CLAVE

Sensatez disruptiva

Volver a la realidad es, hoy, en Catalunya la mejor manera de transformarla

Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. / periodico

Albert Sáez

Albert Sáez

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La sensatez es una de las mayores conquistas de la civilización. No es exactamente lo mismo que el 'seny', porque no indica prudencia sino sentido de la realidad, orientación. El documento del Cercle d’Economia es, fundamentalmente, sensato. De manera que no se alinea con ninguno de los sinsentidos que reinan en ciertos ambientes de Barcelona y de Madrid. No va a tener seguidores incondicionales de sus tesis. Ahí está precisamente su potencialidad disruptiva. Volver a la realidad es hoy, en Catalunya, la mejor manera de transformarla. Ni unilateralidad ni judicialización. El Cercle no es la primera vez que lo dice, pero quizás nunca había entrado en detalles. Ahora es necesario porque el demonio sigue escondido en los detalles. Los pilares de la sensatez de los empresarios son cuatro: respeto a la legalidad (nada de fantasías procesistas); pacto por la convivencia (nada de entregar la calle a los CDR o a la extrema derecha); reconversión del Estatut en constitución nacional catalana y reforma territorial del Estado empezando por la financiación. Esta vez nada de proclamas vacías al diálogo o de encajes de realidades que son diversas. Sensatez disruptiva como respuesta al inmovilismo y a la revolución inacabada. Veremos cómo encajan el papelito el presidente censurado y el presidente sin gobierno. Rajoy y Torra deberían ser tan prolijos en la respuesta como lo es la propuesta. Esta vez no hay suficiente con una frase ingeniosa para el Telediario o el Telenotícies de las tres.

Harían falta más actos de valentía como el del Cercle. Salir de la zona de confort es la única manera de ser realmente disruptivo. Es lo que están haciendo las empresas en tiempos de transformación digital. Está bien que los empresarios no dejen de serlo cuando hablan de política. Su voz no debe ser la única, pero hablan de aspectos de los que nadie está más autorizado que ellos. A releer con calma lo que han escrito sobre la salida de empresas, menos importante de lo que se dijo a corto plazo, aún reversible y más comprometida si no se vuelve a la sensatez. Es lo más disruptivo.