El epílogo

El semestre maldito

JUANCHO Dumall

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Un tosco debate en el Congreso de los Diputados marcó el miércoles el final de la presidencia semestral española de la Unión Europea, ese periodo que la impagable Leire Pajín presentó como un «acontecimiento histórico planetario» y que ha terminado con más pena que gloria. En realidad, el presidente del Gobierno español tenía una difícil papeleta al tomar el testigo de la UE en el mismo momento en que Herman van Rompuy asumía el nuevo cargo de presidente permanente del Consejo Europeo. José Luis Rodríguez Zapatero debía, ya de entrada, ocupar un papel más discreto del que auguraba la fervorosa secretaria de Organización del PSOE.

Pero lo peor no ha sido eso. La auténtica pesadilla del semestre que ahora acaba han sido los ataques a la economía española, que han dado pie a que algunos expertos vaticinaran que España se vería obligada a desengancharse del euro, lo que sí hubiera sido, para nuestra desgracia, un acontecimiento planetario. El presidente del Gobierno ha tenido que ejercer de jefe de la tribu en un momento en el que era acusado por los mercados de ser el más torpe de la clase.

La paradoja de este semestre reside en que España ha conseguido que la UE esté más coordinada en su política económica, precisamente por los quebraderos de cabeza que en Bruselas ha dado la propia España. Por eso el mayor éxito del presidente español ha sido hacer públicos los exámenes de resistencia de los bancos, lo que ha venido a demostrar ante los analistas internacionales la fortaleza de los dos gigantes financieros del país, Santander y BBVA.

El protectorado

Consciente de que Zapatero no ha podido exhibirse como estadista durante los pasados seis meses, Mariano Rajoy se ha tirado a la yugular, como diría Felipe González. Su crítica esencial en el debate del miércoles fue que España se ha convertido en un protectorado de Bruselas. Palabras mayores. Lo que no dijo es que los recortes «impuestos» por la UE no han sido una exclusiva hispana.