Los SÁBADOS, CIENCIA

Seguimos teniendo París

Deberíamos pensar en qué papel han de jugar la ciencia y la cultura cuando superemos la actual crisis

Seguimos teniendo París_MEDIA_2

Seguimos teniendo París_MEDIA_2

PERE PUIGDOMÈNECH

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El trabajo del científico tiene muchas facetas y una de ellas es la de colaborar con la evaluación de las actividades que se quieren financiar de forma competitiva. Las instituciones invitan a reuniones donde se aconseja qué proyectos se pueden financiar. Una de estas reuniones tuvo lugar en París hace unos días y fue una oportunidad para confirmar la importancia de las actividades culturales del país vecino. Y sobre todo la diferencia de cómo se encara la actual crisis entre los dos países en los temas culturales y científicos. Se trata de una experiencia personal que lleva a la reflexión.

Hace una semana se reunió en la capital francesa el comité internacional que evalúa las candidaturas a un programa de contratos posdoctorales para realizar investigación de carácter agronómico dentro de un proyecto cofinanciado por la UE. Fueron dos días de trabajo intenso y una noche los organizadores invitaron a los miembros del comité a un concierto de música experimental. En París existe desde 1970 un instituto, llamado IRCAM, en el que se hace investigación sobre música y del que el compositor y director de orquesta francés Pierre Boulez fue el primer director. Una de sus finalidades es llevar a cabo investigaciones que son financiadas por el CNRS, el equivalente francés del CSIC español, pero también se hacen conciertos que tienen un gran éxito. El de la semana pasada era de piano en el que se mezclaba música contemporánea con barroca y electrónica. La sala estaba totalmente llena con una buena proporción de gente joven.

El día siguiente, al finalizar la reunión, podíamos escoger entre diferentes exposiciones que hay en la capital francesa. Una de las más atractivas era una retrospectiva de Bill Viola, un gran artista del videoarte. Es una exposición espectacular incluso para alguien escéptico en arte y nuevas tecnologías.

Seguramente vale la pena hacer el viaje a París solo para aprovechar esta oportunidad excepcional. Bill Viola obtuvo el Premi Internacional Catalunya 2009 pero es difícil que aquí se haga una exposición de este tipo. Ya hace mucho tiempo que no se abren grandes exposiciones que atraigan a los visitantes de todas partes y que nos llamen la atención sobre algún gran fenómeno artístico de nivel mundial.

Pero sobre todo el contraste se dio dentro de la sala de reuniones. Casi la mitad de los candidatos a los contratos posdoctorales procedían de centros de investigación o universidades españolas. Son jóvenes científicos que han hecho su tesis, que tienen publicaciones internacionales y que a veces ya han realizado estancias en laboratorios internacionales. Sus currículos son excelentes y los proyectos que presentan también. Por lo tanto, un grupo más de gente formada en investigación aquí optará por ir a trabajar a otro país que le da una oportunidad. Los colegas de otros países se hacían cruces ante lo que dejamos escapar.

Estas experiencias no pueden dejar de producir comparaciones sobre cómo se tratan los temas de cultura y de ciencia entre España y Francia, países que finalmente solo están separados por los Pirineos. Y la experiencia que tenemos a menudo es que la gente que trabaja en los ámbitos culturales y científicos aquí tienen una formación y unas ideas que se pueden perfectamente comparar y, a veces superar, a las que hay en otros lugares. Pero está claro que la importancia estratégica que tienen estos temas en los dos países es muy diferente. Mucha cultura que se está haciendo aquí parece ligada al patrimonio, y por tanto al turismo y puede ser visto como un negocio. Al mismo tiempo estamos dejando de lado la creación actual y no confrontamos nuestra gente con las ideas que nos aportan las grandes exposiciones. Y nuestras inversiones en ciencia declinan.

Todo puede ser que Francia sea uno de los países que más reformas necesite de Europa. Basta conocer sus instituciones de investigación por dentro para concluir que habría que hacer reformas profundas. Pero lo que es seguro es que nuestro país aún las necesita más. La crisis nos debería llevar a la necesidad de tomar decisiones sobre el modelo de país que queremos cuando la situación se estabilice y en el entorno europeo cultura y ciencia son esenciales.

Cuando miramos los países de nuestro entorno es muy posible que no haya habido reducciones tan fuertes en los presupuestos que han permitido mantener servicios como la educación y la sanidad a unos niveles superiores a los nuestros. Pero también han apostado por que los niveles de creación cultural y científica se mantengan y permitan que el país apueste por actividades de alto valor añadido que son uno de las pocas ventajas que tenemos los europeos. En este entorno el recambio que implica inversión en gente joven no se ha interrumpido en estos países de forma tan radical como está pasando entre nosotros. Hay que recuperar con urgencia un entorno rico en experiencias y que dé oportunidades a la gente joven que finalmente es la más creativa.