Al contrataque

Sant Jordi y la Creu

Este año se han entregado 53. El Govern tiene dificultades para encontrar 'creuables'. Es necesario un barbecho

La exministra socialista Carme Chacón, fallecida el pasado 9 de abril.

La exministra socialista Carme Chacón, fallecida el pasado 9 de abril. / periodico

XAVIER SARDÀ

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Le otorgan la Creu de Sant Jordi a título póstumo a Carme ChacónCarme Chacón. Este Govern no se la habría concedido jamás en vida. Hay quien recoge firmas para que se la retiren. País. Bien mirado, es una suerte que no le den a uno la Creu de Sant Jordi. Fuera líos. Además, he observado la amplísima lista y es inconmensurable… Naturalmente que ahora no me la darían ni muerto, pero si algún día gobierna gente insensata, que no me la concedan, por favor… Seríamos demasiados. 

Por la presente quiero dejar claro que aunque llegase a los 100 años y hubiese descubierto casual y eventualmente la curación del cáncer o la máquina del movimiento continuo, no opto a la Creu de Sant Jordi. Igualmente, o quizá con más énfasis, tampoco la acepto 'post mortem'. Se han concedido demasiadas Creus de Sant Jordi. Ha perdido el significante. He iniciado una recogida de firmas entre familiares, amigos y enemigos manifestándose en contra de toda posibilidad de que tal galardón me sea concedido a mí o a mis descendientes hasta la cuarta generación.

ES DIFÍCIL HALLAR 'CREUABLES'

Se han entregado un total de 1.611 'creus', y yo creo que todos los que en Catalunya merecían este reconocimiento ya lo han recibido. Ahora toca descansar un tiempo, porque ningún país de las dimensiones de Catalunya puede tener cada año tantísimo candidato o asociación premiable. Este año se han entregado 53. El Govern tiene dificultades para encontrar 'creuables'. Es necesario un barbecho.

Ya son tradición los desacuerdos entre el respetable: la Generalitat da un premio y las redes se cabrean. Lo que no pasó en la época de premiados indiscutibles como la Federació Catalana d’Escoltisme o Salvador Escamilla está sucediendo ahora con los neogalardonados. Entre feroces disensiones y la citada prodigalidad, podría darse el caso de que un día no lejano la Creu de Sant Jordi se declarara galardón desierto. El ritmo no es sostenible. Miren si la cosa está apretada que ya no quedan ni miembros del 'tres per cent' por premiar.

Por cierto, que tal vez va siendo hora de que algún catalán gane el Nobel para desanquilosar tanta Creu de Sant Jordi. España tiene ocho. A ver si espabilamos, que aquí nos sobra talento, arte y capacidad.

Ante la situación creada, podríamos inventar nuevos galardones y repremiar a los que ya tienen la Creu. Solo lo podrían obtener los que ya la tienen, del mismo modo que para ser capitán de yate hay que ser previamente patrón. Veamos: Recreu de Sant Jordi, Recontracreu de la Corporació, Creu Repic i Repicó (casos excepcionales) y Creu i Ratlla (en las defunciones).

Comentario crítico: «Sardà, si te pica te rascas, que nunca te darán la Creu. Vete a Madrid a que te den premios, ¡botifler!».