Gente corriente

Sandra Ferrer: «Las carencias crean la dependencia emocional»

Psicóloga especializada en vínculos personales. O sea, lo que hace más fácil o no la vida día a día

La psicóloga Sandra Ferrer habla de dependencias emocionales.

La psicóloga Sandra Ferrer habla de dependencias emocionales. / periodico

CARME ESCALES

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Si la compatibilidad de las parejas iluminara los hogares, ¿cuánto bajaría nuestra factura de la luz? Pero quien creó esos imanes que activan o desactivan empatías o desencuentros del tú a tú los hizo totalmente invisibles. Entramos a ciegas en las relaciones,  ¿dejándonos llevar por qué? Sandra Ferrer (Barcelona, 1986) quiso aprender qué ilumina los caminos que facilitan las mejores relaciones entre las personas. Estudió psicología y psicoterapia integradora, una maleta llena de herramientas para ayudar a mujeres y hombres a ser y sentirse seres completos, que suman y multiplican, y no restan ni dividen en el espacio de encuentro común.

–¿Cuánto suma una relación de dos? Tres. Tú, yo y nosotros.

–¿Y cuánto resta la dependencia? La dependencia es esa media naranja en busca de otra mitad, erróneamente protagonista en ese mundo romántico de mensajes que ahora recogen tantos me gusta en las redes sociales, sin ser conscientes, quienes los señalan, de lo que esconden ciertas frases. Dos medias naranjas siguen siendo dos mitades juntas, dos incompletos que no se han elegido sino que se necesitan. Las carencias crean la dependencia emocional.

–¿Cómo saber que estamos entrando en una relación libres de necesidad? ¡Ojo! Somos seres sociales y necesitamos amar y ser amados. Otra cosa es agarrarse a un clavo ardiendo. El amor no solo se siente, también se piensa. La clave es elegir. Eliges estar con quien te atrae emocionalmente y que sabes, además, que te hace bien.

–¿Qué te hace bien en una relación? Bien es la compatibilidad y respeto mutuo de los valores que construyen cada una de las dos identidades propias que dan lugar a esa tercera naranja que es la relación. Hacer que ella no interfiera en lo que cada uno sigue siendo naturalmente es confirmar que una relación te hace bien.

–Si amas a alguien, déjale ser libre... Exacto. En mis charlas suelo citar  la frase de Frida Kahlo: «Yo, que me enamoré de tus alas, jamás te las voy a querer cortar». En la película Titanic, los protagonistas no tienen nada que ver el uno con el otro, son como un huevo y una castaña. Pero Rose no es libre, no puede ni elegir el punto de cocción de sus comidas, y Jack representa la libertad. Quizá en una hipotética Titanic 2 ya no se sostendría la relación. Él volaría libre... ¿y ella? 

–¿Qué es la dependencia emocional? Son dos piezas que encajan, como las dos caras de una moneda. Por eso una relación de una media naranja y de otra entera no se aguanta. En la dependencia hay un codependiente que necesita ser necesitado por el otro. Muchas veces nos enamoramos desde la carencia, proyectamos nuestro yo o nuestra historia idílica, nos desvitalizamos enfocándonos en el otro. Y culpamos al otro de nuestra incapacidad de renuncia. Pero tanto lo positivo como lo negativo es responsabilidad de ambas partes. Y todas las emociones son legítimas. Yo no entiendo el culto exclusivo a la alegría.

–¿Cuál es el objetivo de sus conferencias y talleres sobre dependencia emocional? Aclarar conceptos como esas medias naranjas, estilos afectivos, historias de familia no cerradas, y cómo intentamos reparar heridas del pasado con la historia actual. El alcohol es una de las drogas más difíciles de dejar, porque está muy normalizada. Y eso pasa también con la dependencia emocional. Si todo lo que hacemos es relacionarnos, ¿por qué no entrenarnos para hacerlo mejor? Hablamos de miedos y carencias y de plenitud y libertad. 

–¿Cuándo hará las próximas charlas? El 9 de noviembre, en Vibracions; el 13, en la Biblioteca Francesca Bonnemaison, y el 16, en la sex shop Kitsch. Quien quiera asistir debe inscribirse en www.espaitau.es.