Peccata minuta

No sabemos

Nadie se muere de ganas de aclarar si el Gobierno quería regar de sangre Catalunya como dice Marta Rovira

Marta Rovira y Oriol Junqueras, en el Consell Nacional de ERC.

Marta Rovira y Oriol Junqueras, en el Consell Nacional de ERC. / periodico

JOAN OLLÉ

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¿En qué quedamos? ¿En que el Gobierno español pretendía ocupar militarmente Catalunya y regarla de sangre, como asegura la posible candidata a presidenta de la Generalitat Marta Rovira, o en que este es el primer eslogan posverdad de la precampaña electoral de Esquerra? ¿Quién tiene más fiabilidad? ¿Rovira –aun sin aportar pruebas palpables– o el ménage à trois formado por Urkullu –solo españolista para engordar el cupo vasco–, Ribó –Síndic de Greuges, es decir, Defensor de Todo el Pueblo y no solo de la mitad– y el obispo Omella, que, como católico, (¡ay, pecador Junqueras!) incurriría en grave falta si faltase a la verdad? No sabemos ni, según parece, nadie se muere de ganas de aclararlo.

Sí nos consta, en cambio, que la muy habladora expresidenta del Parlament Núria de Gispert no solo juega con la Santa Infancia –muy sensible material– delatando la posible incoherencia en materia educativa del papá Albert Rivera, sino que, además, xenófoba cinco jotas, exhorta a la también ciudadana Inés Arrimadas a largarse a su Cádiz natal, cálido destino sureño que un servidor ahora mismo agradecería con tal de alejarse del muermo aquí reinante.

También sabemos de buena tinta –porque lo vivimos en vivo y en directo en la emisión del pasado sábado del programa de TV-3 Preguntes freqüents– que doña Pilar Rahola preguntó –naturalmente a gritos e interrumpiendo, marca de la casa– al delegado del Gobierno cuánto cobraba mensualmente por aplicar el 155, a lo que el virrey Millo respondió: «Diez veces menos que tú, Pilar». Mi amigo Ricard Ustrell, conductor del programa, perdió una oportunidad de platino: para saber cuánto gana el señor Millo solo hace falta consultar los editados salarios de los cargos públicos; pero a mí me encantaría saber, por morbo o vergüenza ajena, cuánto percibe la impuesta por TV-3 Rahola, ya que la pagamos a escote, por su agit-prop de fin de semana.

En el otro plato de la balanza, me aterroriza que el consentido idilio entre el CNI y el mansoniano imán de Ripoll quede en un más que discreto cuarto plano, sin dimisión ni prisión preventiva ni leches para el presunto colaborador necesario de una matanza que ocupó todas las portadas de los periódicos del planeta Tierra. También me inquieta profundamente que las paredes de la Ramon Llull amanezcan con grafitos nazis, que los ultras de la catalano-madrileña Blanquerna estén en pura libertad, que se haya prohibido entrar un inocente ejemplar de la Revista de Catalunya en Alcalá-Meco, que tres comarcas catalanas hayan pasado a denominarse, muy neofranquistamente Breña, Marisma y Nogal…

No sé a quién votar. Necesito muchísima más información. O largarme a Cádiz.