Rotulador y papel

Decía el crítico de arte John Ruskin ya por 1856 en su precioso y todavía utilísimo libro 'Técnicas de dibujo' que dibujar es ver. «La excelencia de un artista depende completamente en lo refinado de su percepción. Dibujar es desarrollar un método de trabajo para ver de verdad puesto que, una vez que aprendemos a ver con agudeza, hay muy poca dificultad en dibujar lo que vemos. La mirada es más importante que el dibujo y yo prefiero enseñar a mis alumnos a dibujar para que aprendan a amar la naturaleza, antes que enseñarles a mirar la naturaleza para que aprendan a dibujar. Dibujar es pensar la realidad con precisión».

Que tenía muchísima razón el sabio míster Ruskin quedó clarísimo la semana pasada en París y sigue quedando claro estos días con la división de opiniones en torno a la nueva portada de 'Charlie Hebdo''. El poder de la expresión pictórica del pensamiento es muy grande, tanto como para que unos terroristas conviertan a unos dibujantes en objetivo político de primer orden y les quiten la vida para que ni ellos ni otros sigan dibujando lo que no deben.

Proyectos de cooperación

Es paradójico porque el dibujante no pretende nunca ser objetivo y mucho menos el dibujante de tebeos, cómics o viñetas. No espera hacerse pasar por notario de la realidad, ni detentar verdades absolutas, ni convencernos, como el fotógrafo o el periodista, de que plasma las cosas tal cual son, pues su mano, rotulador y papel son mediadores evidentes de su pensamiento individual.

Pensaba en todo esto el miércoles mientras cenaba con Paco Roca, Mauro Entrialgo, Miguel Gallardo y algunos miembros de 'Mongolia', y recordaba el viaje que hice en marzo a Mauritania con el autor de 'Arrugas', entre otras joyas literarias-gráficas. Habíamos recibido el encargo de Oxfam Intermon de conocer los proyectos españoles de cooperación internacional financiados con dinero público para a la vuelta recordar a nuestros conciudadanos la importancia de no cortar la ayuda al desarrollo cuando estaba empezando a dar frutos. Este Gobierno que ahora quiere incrementar las medidas de seguridad y control sobre los ciudadanos, es el mismo que ha recortado un 70% las inversiones en desarrollo en países como Mauritania donde el fundamentalismo religioso avanza amparado por crueles desigualdades económicas y sociales.

Viájabamos de aldea en aldea, pero ni la cámara de Paula Anta, artista plástica, ni mis videos generaban la expectación de Paco Roca con su rotulador y su cuaderno. Como al flautista de Hamelín, niños y mayores se le pegaban fascinados por la magia que sus ojos y sus manos producían. John Ruskin recomendaba que todos, sepamos o no, dibujásemos cada día 10 minutos para pensar mejor, que es como decir vivir mejor. No sería mala cosa.