Rosas y rosas

Vuelve Zapatero a la Festa de la Rosa y deja clara la consigna de los socialistas ante las elecciones. Hace falta mucho juego de medio campo, mucha contención, mucha conjunción de líneas y pocas aventuras por los extremos. La idea clave es el centro: ni utilizar a Catalunya para triunfar en España (el extremismo de derechas) ni aprovechar la desafección respecto a España para conquistar la Generalitat (la tentación soberanista). Si los demás son percibidos como radicales, el dominio de la parte del medio es el objetivo codiciado. La eliminatoria aún tiene que jugarse, como dice el presidente español, pero Zapatero ha de saber que la ocupación del centro es, por definición, la parte más complicada de cualquier táctica. El centro es cambiante, inestable, se mueve en función de la equidistancia, un detalle que depende, en buena medida, del lugar por donde circula la pelota.

«¿Qué hay en un nombre?», se preguntaba la Julieta de Shakespeare. «Lo que entendemos por rosa, con otro nombre haría también el mismo olor». El nombre no hace la cosa, pues, y el equilibrio de Zapatero es una rosa que quizá no es tan rosa, tan rosa. Hablando más de flores, Mecano tiene una canción

-Una rosa es una rosa- que dice: «Es por culpa de una hembra / que me estoy volviendo loco. / No puedo vivir sin ella, / pero con ella tampoco». Ya tenemos el hilo musical de la campaña.