NÓMADAS Y VIAJANTES

'Revolugolpe' en Egipto

RAMÓN LOBO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pensamos, escribimos y reaccionamos desde un almacén emocional que llamamos experiencia, cultura, historia. La frase 'golpe de Estado' genera rechazo en España; más aún en América Latina. En Portugal, no. Allí suena aGrândola Vila Morenay a Revolución de los Claveles. ¿Fue un golpe o una revolución lo de Egipto? El profesorJuan Cole, experto en Oriente Próximo, lo resuelve con un acrónimo: 'Revocouption'. El tiempo dirá qué parte se impone: el golpe o la revolución.

Las Fuerzas Armadas no han regresado al poder porque nunca lo habían dejado del todo, solo en apariencia. Los militares controlan el país desdeGamal Abdel Nasser, cuando derrocaron al rey en 1952. El estallido de la primavera egipcia les cambió el paso. Para salvarse dejaron caer aHosni Mubarak, aceptaron elecciones libres y la victoria de los islamistas. Parecía un pacto entre las dos fuerzas más poderosas: los militares y los Hermanos Musulmanes. Lo era, pero Mohamed Mursicometió un error de principiante: pisó el acelerador cuando aún no tenía coche.

El primer presidente islamista de Egipto obtuvo 13 millones de votos (en un país de 82 millones de habitantes) en las elecciones de junio de 2012. Su rival,Ahmed Shafik, ex primer ministro deMubarak, 12 millones. No era una victoria rotunda, peroMursi la gastó como si fuera un cheque en blanco.

Constitución excluyente

Quebró el espíritu de la Revolución 2.0, ese resurgir del orgullo de sentirse egipcio y árabe, al imponer una Constitución excluyente, teocrática, que solo votó el 30% del electorado y decretar que ninguna institución podía anular sus decisiones.

El Egipto que acababa de derribar un faraón no parecía dispuesto a soportar otro. Nació el movimientoTamarod(Rebelión). En junio había reunido 15 millones de firmas contraMursi. La movilización ha sido gigantesca, la mayor de la historia del país. Ese Egipto joven, laico, 'internetero' no parece aceptar la existencia del otro Egipto, el rural e islamista. También se equivoca en la lectura de la realidad.

Al presidente le faltó mano izquierda, estrategia, inteligencia. Trató de desplazar a los militares del control de las empresas más rentables y colocar al frente a sus fieles. Es posible que el Ejército haya aprovechado las protestas en su beneficio.

En los Hermanos Musulmanes egipcios, como en la mayoría de los movimientos islamistas árabes, conviven dos corrientes: una más radical que rechaza el juego político, apuesta por la islamización previa de la sociedad; y otra moderada que propugna la vía política para islamizar el país desde el poder.

El golpe perjudica a los pragmáticos, favorece a los salafistas, que pueden recoger el descontento rural contra el urbano y la decepción que ha supuesto la caótica gestión deMursi. La crisis económica es una fabrica de islamistas.

La escenificación del anuncio del golpe, con el generalAbdel Fatah al Sisial frente, el líder de Al Aqsa y el jefe de la iglesia copta a un lado yMohamed el Baradeial otro pretendía proyectar una imagen de unidad irreal. Las reacciones de EEUU y la UE apenas disimulan su satisfacción por lo ocurrido. Es impensable que la Casa Blanca no estuviera al tanto. En Turquía se vive como una advertencia. Ha sido el único país que ha condenado el golpe.

El Egipto laico tiene una nueva oportunidad para gestionar la revolución. Todos deberán volver a las urnas, donde reside la legitimidad, y buscar un gobierno que resuelva los problemas de la gente: el desempleo galopante, la economía hundida, el maltrato a la mujer que ha contaminado la plaza Tahrir, ahora centro de los abusos sexuales, de las violaciones, del empobrecimiento moral del país.

Asalto al poder

No sé si los Hermanos Musulmanes intentarán el asalto al poder a corto plazo u optarán por la vía lenta, como los islamistas turcos apeados del poder en 1997 y que desde entonces han trabajado para islamizar la sociedad. Allí también resiste un laicismo urbano, joven, rebelde, como demostró la protesta del parque Gezi.

Resulta fácil denunciar la islamización de otros, criticar a un partido que imponeshariasy velos. Es la historia de la paja y la viga en el ojo ajeno. La religión es parte esencial de la política en Occidente, sobre todo en EEUU, que la lleva impresa en sus billetes:In God we trust(En Dios confiamos). Resulta extraño ver al Egipto que expulsó a Mubarak, entonces la cabeza visible de este entramado militar, se alegre ahora por el retorno de los generales. El sabor del primer Tahrir, su entusiasmo, cuando se creían capaces de cambiar el mundo, no regresará. Las revoluciones son como un orgasmo: duran poco, apenas una efervescencia.

Vea el vídeo de esta noticia con el móvil o en e-periodico.es