Retorno a la normalidad

Rajoy ha usado también el argumento económico y la necesidad de frenar la fuga de empresas para justificar el 155

Sede de CaixaBank en Barcelona

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Olga Grau

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Mariano Rajoy vuelve una vez más a manipular el lenguaje como hizo durante la crisis financiera para no decir las cosas por su nombre, como si así pesaran menos. Si España nunca fue rescatada por Europa, recibió un préstamo de 100.000 millones de euros en condiciones preferentes, y nunca realizó recortes de prestaciones sociales y subidas de impuestos, aplicó la senda de la consolidación fiscal solicitada por Bruselas, ahora el Gobierno no ha iniciado el trámite de la suspensión de la autonomía de Catalunya ni del autogobierno, sino el cese de todo el Ejecutivo catalán, empezando por Carles Puigdemont, para el retorno a la “normalidad”.

Uno de los argumentos que ha usado Rajoy ha sido de nuevo el económico, su mejor baza en las últimas elecciones generales ante sus oponentes que le reprochaban los casos de corrupción que minaban su credibilidad. La aplicación del 155 en Catalunya, según Rajoy, busca principalmente que la economía catalana crezca y se frene la fuga de empresas.

En estadística, normalidad se considera lo que hace la media de la gente, sea correcto o no. Es un criterio cuantitativo y realista basado en hechos de observación, ya que tiene en cuenta cómo es el ser humano, y no cómo debe ser. Es decir que si un individuo tiene una conducta semejante a las conductas mayoritarias de su comunidad, es normal; está “adaptado”.

Para Rajoy, una vez cesado todo el Govern y cuando se den las circunstancias de “normalidad” adecuadas, se procederá a disolver el Parlament, para realizar unas elecciones en Catalunya, sin que la cámara catalana pueda proponer candidato ni realizar un debate de investidura. Pero la situación en Catalunya dista mucho de ser normal, como se ha vuelto a poner de relieve este sábado con la concentración masiva y pacífica en la calle de cientos de miles de personas. Y parece difícil que pueda “normalizarse” solo por la vía de la aplicación de la ley, por más legítima que sea, sin que medie una salida política en la que las dos partes cedan algo.

El desarrollo del artículo 155 de la Constitución que ha realizado el PP con el apoyo de PSOE y Ciudadanos, nunca aplicado antes en España, si finalmente se aprueba por el Senado, supone el traspaso de todas las competencias del autogobierno catalán al Ejecutivo central, y el inicio de un proceso nunca antes transitado en el ordenamiento jurídico español ni en la política española desde la restauración de la democracia. El tránsito por este camino, lejos de ser normal o conducir a una normalidad, supone más bien una anomalía respecto a lo que debería ser la política. Y así no se podrá recuperar la normalidad, tampoco en la economía.