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Regreso a la era punk

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Ramón de España

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Quedo a desayunar con mi viejo amigo Fernando Muñiz, héroe anónimo del 'underground' barcelonés -responsable de múltiples fanzines, de la revista delirante 'Flandis Mandis' a medias con Javier Pérez Andújar, de dos libros sobre bares especiales de la ciudad y alrededores al alimón con Sergio Fidalgo y, sobre todo, de la colección de discos 'Spanish bizarro', ocho volúmenes que recogían lo más granado del pop español malo con avaricia, pero con una gracia que no se podía aguantar-, y me cuenta que está echando una mano a los organizadores de un festival punk que tendrá lugar el próximo 4 de diciembre y que se presenta como un 'remake' del que tuvo lugar en 1977 en la Aliança del Poblenou. Repetirán los grupos de aquella magna velada -Marxa, Peligro, Mortimer, La Banda Trapera del Río... O los miembros de ellos que queden vivos o, por lo menos, en estado no comatoso-, a excepción de Ramoncín & WC, que han alegado problemas de agenda.

El concierto de la Aliança del Poblenou de 1977 tendrá su 'remake' este diciembre

Me pregunta Fernando si estuve en el festival original y le respondo que creo recordar que sí, aunque en el estado alterado que era de rigor en los conciertos de la época, gracias al cual hasta un incendio te podía parecer una experiencia interesante. Sí recuerdo que sonaba todo a rayos, pero daba lo mismo, ya que la cosa consistía en una especie de manifiesto generacional y en una demostración de que aquí estábamos tan al corriente de las novedades como en Londres, aunque no tuviésemos a los Sex Pistols ni a los Clash y hubiera que apañarse con La Banda Trapera del Río, el único grupo genuinamente punk que ha habido en España, a mi modesto entender. En el concierto original, Morfi y los suyos me parecieron los únicos con cierta solidez conceptual y social, ya que no musical. Bajo el ruido que hacían, se intuía un talento en bruto que costaba captar en los demás nombres del cartel, que, a excepción de Peligro, genuino lumpen, parecían buenos chicos de clase media haciéndose los malotes... Como la inmensa mayoría del público, yo incluido.

Supervivientes del evento y quienes se lo perdieron por cuestiones de edad tienen ahora la oportunidad de revivir la fugaz era del punk barcelonés. Yo, como ya no bebo ni me drogo, me quedaré en casa, mi buen Fernando.