Regenerar la foto

La política actual está tan centrada en ofrecernos la foto, el titular, el concepto clave, que ahora no solo olvidan que antes de comunicar hay que tener algo que comunicar sino que no les da vergüenza enseñar ni las bambalinas de su escenificación. Se levanta el telón: hay una mesa en medio de la sala enorme dondeArtur Mas se reúne con las principales autoridades judiciales para regenerar la política, y detrás de la barrera, las cámaras. Fotos, fotos, elpresidentsonriendo y los invitados, más que de piedra, ponen lo que se llama cara de circunstancias. Son educados y cumplidores y tienen la buena voluntad de asistir a la absurda reunión, pero en su rostro se lee una cierta perplejidad. La misma que experimentamos los ciudadanos espectadores cuando sentimos estas grande palabras. ¿Regeneración de qué? Vamos al principio: si la política necesita este lavado de cara que nos proponen es porque antes alguien se ha encargado de ensuciarla, de degenerarla. ¿Lo haremos? ¿De verdad? ¿Quién no ha hecho otra cosa en la vida más que vivir del dinero público? ¿Quién ha crecido sin poner los pies fuera del coche oficial? ¿Quién promueve la cultura de la corrupción sea como actor principal o como cómplice silente que todo lo ve pero nada dice? ¿Recuerdan cómo se le echaron a la yugular aPasqual Maragall cuando mencionó el 3%? ¿Y a Jordi Pujolamenazando con tirar de la manta? Es un chiste que el partido que tiene su sede embargada hable de regeneración política. Es insultante. Y que, envolviéndose en laestelada,uno de sus principales dirigentes tenga la amabilidad de hacerse a un lado para no obstruir el proceso nacional. No, si aún tendremos que darles las gracias. ¿Quieren arreglarlo? Cumplan la ley y, si la justicia descubre que se la han saltado, tengan un mínimo de dignidad y vergüenza y márchense a su casa, donde, si quieren, para pasar el rato pueden dedicarse a los neologismos altisonantes.