Referéndum, sí o...

Los Presupuestos, Ada Colau y unas posibles elecciones son las tres incógnitas que planean sobre el 'procés'

Xavier Domènech y Ada Colau

Xavier Domènech y Ada Colau / periodico

XAVIER BRU DE SALA

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Tres incógnitas, tres, planean sobre el camino del referéndum. La primera son los Presupuestos. La segunda se llama Ada Colau. La tercera es el momento en que será sustituido por unas elecciones políticamente constituyentes pero jurídicamente autonómicas.

Primera, o se aprueba el Presupuesto de la Generalitat o el proceso se va a pique. Lo que lleva a pensar a todo el mundo menos a una parte, quien sabe si mayoritaria, de la CUP que se aprobarán. Se supone, no sin lógica, que la CUP no querrá ser el agente saboteador del proceso al servicio del Estado --no del propio, claro-- y que por lo tanto acabará por aprobarlos ni que sea a regañadientes y entre muy notables debates y escenificaciones. Pero la lógica del resto de los mortales no siempre coincide con la de los anticapitalistas, de forma que deberemos dejar los silogismos en suspenso hasta después de las fiestas.

Segunda incógnita, por orden de dificultad analítica, no temporal. Dilucidar si los 'comuns', poscos, podemistas y el resto de componentes de la 'escudella' de la nueva-vieja izquierda se añadirán o no al cortejo del 'president' Puigdemont en el camino hacia al referéndum, hay que suponer que unilateral a pesar de que no tiene por qué declararse como tal desde el primer momento. Si se niegan, serán acusados por el independentismo de actuar de manera contraria a sus principios soberanistas, de boicotear, de estar al servicio del PP y quién sabe de cuántas desgracias más.

Íñigo Errejón, que sabe de qué va eso de la política, acaba de soltar unas declaraciones que invitan a Ada Colau a subir al autobús. Dado que la alcaldesa fue a la manifestación del 11-S, que el camino hacia el referéndum tiene mucho de campaña electoral, que el partido que está a punto de nacer no arrasa ni de lejos en unas autonómicas --véase el importante sondeo de opinión de El Periódico-- y que no les conviene quedar incluidos en el bloque contrario junto a PP, C’s y PSC, las apuestas se inclinan claramente por el 'sí'. Con reticencias, pero en el autobús.

CÁLCULOS Y SUTILEZAS

La tercera incógnita es la más difícil. Mercè Conesa, presidenta del consejo nacional del PDECat, se ha tenido que tragar sus declaraciones, tan inoportunas cómo ajustadas a las previsiones más realistas, que abrían la puerta a la no celebración del referéndum. Es más que probable, pero no se trata de parar el autobús a la primera amenaza de inhabilitación, sino de conducirlo tan lejos como sea posible sin sufrir muchos daños. En contra de lo que pueda parecer, no se trata tanto de un choque como de una partida de ajedrez con más cálculos y sutilezas de las que muchos imaginan.

El independentismo de Puidgemont y Junqueras pretende crear, con la colaboración del PP, la prensa en bloque de Madrid y los tribunales, el grado máximo posible de indignación social ante la prohibición del referéndum. Lo ideal sería una foto con las fuerzas del orden en el acto de secuestrar las urnas. Nadie sabe si llegaremos hasta aquí, pero la idea es esta: convocar elecciones substitutorias al Parlament, y a ver si con el clima propiciado por la prohibición de votar, el independentismo obtiene mayoría de votos y, por fin, pasa pantalla.