Ante el congreso de los socialistas catalanes
Recuperar la centralidad
El PSC debe ofrecer a la sociedad el retorno desde la izquierda del catalanismo progresista
Àngel Ros
Alcalde de Lleida y presidente del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC)
ÀNGEL ROS
En el momento social y económico más difícil de la democracia, el PSC recibió en las pasadas elecciones municipales el apoyo de más de 700.000 ciudadanos que confiaron en los más de 2.100 concejales y 200 alcaldes socialistas catalanes. En los últimos meses, el PSC ha sufrido dos derrotas duras, que representan una disminución de confianza, una pérdida de referencia de la centralidad del progreso y pueden representar, asimismo, un recorte en las conquistas sociales de los distintos gobiernos de izquierdas.
Y las consecuencias de las derrotas en términos de prestaciones sociales debemos imputarlas a la política, no solo a la economía. Porque hacer política es priorizar, es decidir la dedicación de los presupuestos, disminuidos por la caída de ingresos. Hacer política es decidir sobre el modelo de desarrollo y de cohesión social. Y el resultado de las elecciones, legítimo porque es el que han querido los ciudadanos, tiene consecuencias sociales evidentes.
Es un momento duro, pero el PSC es un partido sólido con decenas de miles de militantes y simpatizantes y una implantación en la sociedad catalana que tiene que mantenernos como referencia de la izquierda, a pesar de las dos derrotas electorales. El PSC ha sido decisivo e imprescindible en la construcción nacional de Catalunya: desde la Generalitat, desde los ayuntamientos, desde el Estado y desde los movimientos sociales. Por eso el PSC ha sido y es patrimonio de todo el país. Catalunya no sería lo que es sin los gobiernos en los que hemos estado presentes los socialistas, con los presidentes Tarradellas, Maragall
yMontilla. Catalunya no sería la actual sin la transformación de ciudades y pueblos hecha desde los ayuntamientos de todos los colores, pero mayoritariamente socialistas.
Pero, en los últimos años, el país ha cambiado socialmente. Y Catalunya necesita una referencia a la izquierda para que las fuerzas de progreso vuelvan a ser la centralidad política, para que el país siga siendo socialmente de izquierdas, como en toda la época contemporánea.
Este es también un tiempo de internacionalización, de globalización, en el que el mantenimiento de los valores humanos y sociales necesita el refuerzo de las identidades nacionales, que solo se consigue a partir de la educación y la cultura. Y en este tiempo de cambios sociales, los ciudadanos nos piden mensajes claros, un proyecto de futuro y mejores horizontes económicos para nuestros hijos.
Los ciudadanos ven que la demografía ha cambiado, y quieren un modelo claro de integración de los inmigrantes, basado en los valores de la izquierda, en términos de libertad, igualdad y de los valores consolidados de nuestra sociedad. Solo un discurso claro desde la izquierda frenará la xenofobia que en las últimas elecciones ha avanzado seriamente.
Los ciudadanos ven que la sensación de seguridad ha cambiado. El valor seguridad ha estado clásicamente asociado a la derecha y nos toca a la izquierda liderar la libertad, los derechos y deberes, la seguridad y la dignidad del espacio público. Asociar seguridad a la dignidad del espacio público solo puede hacerse desde una visión progresista.
Los jóvenes quieren educación para crecer como personas, pero también para integrarse en un mundo laboral que se les niega y para el que necesitan reformas laborales, empresariales y formativas que no podemos rehuir. Hay que disminuir drásticamente el paro juvenil, que es la mayor pérdida de talento y competitividad en el siglo del conocimiento.
También tenemos que formular un modelo de relación entre Catalunya y España, que los socialistas vemos en el federalismo, y que deberá ser coherente con la relación de nuestro partido con el PSOE. Tenemos que definir asimismo la forma que debe tener nuestra imprescindible voz propia en Madrid para construir un proyecto con credibilidad para Catalunya y compatible con un proyecto de progreso para España.
Y ahora, con el congreso del PSC, tenemos la oportunidad de formular nuestras propuestas a la sociedad catalana, de girar la vista hacia los ciudadanos de este país, de volver a ser su referente de progreso. Ahora toca el debate de las ideas para formular una propuesta desde la izquierda y recuperar la centralidad del catalanismo progresista en nuestro país.
Hay que construir un relato de país, un proyecto de futuro y un mensaje a los catalanes y catalanas. Y el mensaje tendrá que enviarlo desde la credibilidad la dirección que elija el congreso del partido. Un congreso y una futura dirección en la que cabe todo el mundo y en la que el PSC y la sociedad tienen que ver reflejada la grandeza de un país plural. Tendrán que ser los hombres y las mujeres de ciudades y pueblos, de espacios metropolitanos y del mundo rural, el mundo municipal, el mundo parlamentario y el tejido asociativo, del mundo de la cultura, del mundo sindical, empresarial y profesional. Hay un lugar para todo el mundo con un objetivo común: ofrecer a la sociedad catalana actual un discurso progresista para garantizar el futuro y recuperar desde la izquierda la centralidad del catalanismo progresista. Alcalde de Lleida.
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