DOS MIRADAS

Rajoy no sabe

Los aires totalitarios soplan a un lado y a otro del Ebro; se venera la adhesión y se rehúsa la crítica

Rueda de prensa de Mariano Rajoy

Rueda de prensa de Mariano Rajoy / periodico

Emma Riverola

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El presidente del Gobierno, que fue ministro del Interior (2001-2002), asegura: "Yo de operativos policiales y operativos no sé". Y con esas palabras despacha las salvajes cargas policiales del 1-O. En realidad, no debería sorprendernos que Rajoy no sepa. También dice desconocer la corrupción sistémica de su partido, reduciéndolo a "siete, diez o quince personas". Y, claro, él tampoco tiene ninguna responsabilidad sobre ello, porque "a veces los colaboradores hacen cosas que no hay que hacer".

Es curioso tanto desconocimiento, sobre todo cuando aún resuena el eco de aquel "indiciariamente, sí" con el que el jefe policial en el 'caso Gürtel' 'caso Gürtel' respondió a la pregunta de si Rajoy había cobrado de la trama.

Ignorancia y osadía

Quizá, al fin, Rajoy tenga razón. Mucha más razón de la que él se cree. Y todo se reduzca a un problema de ignorancia. Y a la osadía que le acompaña. Solo la combinación de ambas puede habernos conducido al esperpento actual. Convertir el desprecio y la humillación en armas políticas ha hecho algo más que crear un colosal problema institucional.

Los aires totalitarios soplan a un lado y a otro del Ebro. Se venera la adhesión y se rehúsa la crítica. Aún más la autocrítica. Abundan los guardianes de las esencias y con ánimo de policía política se aprestan a señalar traidores en cada esquina. El combate de las ideas se confunde con la censura. Y lo peor es que quizá ya estamos empezando a acostumbrarnos. La ignorancia es contagiosa.