La rueda

Rajoy activa el plan B

El PP empieza a confiar más en el miedo que en la economía como estrategia electoral

ANTÓN LOSADA

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Que Pablo Iglesias le espete lo de «tic-tac, tic-tac» a Mariano Rajoy en un mitin resulta algo natural y previsible. Además, confiere a la política ese toque televisivo de concurso millonario en prime time que acostumbra a resultar muy bueno para los shares y los porcentajes de voto estimado en las encuestas. Solo hay alguien a quien le gusta más ganar las elecciones que al propio candidato: al votante. A nadie le pone votar para perder.

Lo sorprendente es que Rajoy se vista el mono de faena y nos haya encasquetado de golpe y sorpresa todo el arsenal de simplezas y bajezas manejado a discreción por los tertulianos de la TDT Party respecto a Podemos. Que si son bolivarianos, caribeños, populistas, demagogos, socialdemócratas revenidos, malos ciudadanos y seguramente peores españoles; aunque haya que reconocerles que le van pillando el truco a eso de constituir sociedades mercantiles en el momento oportuno.

Mariano Rajoy ha activado el plan B y ha decidido convertir en líder de la oposición a una fulgurante estrella política que, a día de hoy, no tiene un solo diputado en el Congreso. Dice una gran verdad al afirmar que no es lo mismo gobernar que predicar en un plató televisivo, pero parece como si al propio presidente del Gobierno le costase distinguir una cosa de la otra.

Señalar a Podemos como el rival a batir implica una decisión algo apresurada en Rajoy. Especialmente tras haber comprobado lo fino que quedaba hablando exclusivamente de economía y de recuperación mientras los subalternos hacían el trabajo sucio. Debe tener mucha necesidad de polarizar al electorado y espolear a las bases. Parece que el Partido Popular empieza a confiar más en el miedo que en la economía como estrategia para ganar elecciones. Por algo será.