LOS VAIVENES DEL 'PROCÉS'

Queridos guionistas:

¿Os imagináis que todo esto no es más que el sueño de Puigdemont? Para muchos sería un timo, para otros quizá un alivio

rueda de prensa de Carles Puigdemon

rueda de prensa de Carles Puigdemon / periodico

OLGA RUIZ

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Vaya por delante mis más sinceras felicitaciones por el éxito sin precedentes de las anteriores temporadas del que se ha convertido en el serial preferido de todo el país. No era fácil convertir un producto –a priori tan local– en un acontecimiento de interés general. Aun así y supongo que por la necesidad de «aguantar el tirón» de un producto que funciona bien, esta última temporada el argumento ha caído en picado y me he permitido analizar las posibles causas.

Para empezar, hay un problema evidente con el personaje protagonista de la trama: el 'president' depuesto (siento el posible 'spoiler'). La cuestión es que ha perdido fuelle y carisma en la última semana y los espectadores ya no empatizan con él. En uno de los últimos capítulos decidisteis mostrarle como un político con dudas y miedos, pero al ver que los seguidores más fieles no eran partidarios de este sentimentalismo, optasteis por devolverle a su zona de confort habitual. Creo que fue un error no seguir explorando esa línea de acción. 

Tampoco acabo de entender la forma en la que se están desdibujando los personajes secundarios, apenas aparecen en los últimos capítulos, y cuando lo hacen, es solo para dar la réplica a nuestro protagonista. Compartir el peso de los acontecimientos entre varios personajes no hubiera desgastado tanto al principal y hubiera repartido filias y fobias. Ya se sabe que en una serie es necesario tener un personaje preferido y uno odiado.

El personaje protagonista ha perdido fuelle y carisma en la última semana y los espectadores ya no empatizan con él

En cuanto a estos últimos, los 'malos', han dejado de serlo tanto. Se han  mostrado diligentes y astutos, han  ganado seguidores entre los espectadores y aliados entre personajes indecisos de anteriores temporadas. 

El Macguffin de la historia

Pero si hay algo que resulta desconcertante es la mala utilización que habéis hecho del Macguffin. El término lo inventó Hitchcock y hace referencia a esa excusa argumental que motiva a los personajes y al desarrollo de la historia pero carece de relevancia por sí misma: «en historias de rufianes siempre es un collar y en historias de espías siempre son los documentos». En la historia que nos ocupa, el Macguffin es clarísimamente la independencia. ¿Cómo es posible que se haya conseguido antes de acabar la serie? ¿Qué es lo que a partir de ahora motivará a los protagonistas? Francamente, es un error de principiante que nos ha dejado sin el aliciente principal y que os ha obligado a rizar tanto el argumento que ha acabado perdiendo credibilidad. 

Eso explicaría los rumores que apuntan a que trabajáis urgentemente en un 'spin-off' de la serie con un nuevo protagonista: un 'exconseller' moderado que ha dejado de encajar en el argumento actual.

Llegados a este punto, lo mejor es encontrar un final digno. El final acabará marcando el éxito o fracaso de todos los capítulos anteriores. Todavía no hemos podido olvidar finales desastrosos como el de Perdidos y jamás nos recuperaremos de la escena final de Los Serrano. ¿Os imagináis que todo esto no es más que el sueño de Puigdemont? Para muchos sería un timo, para otros quizá un alivio.