¡Que inventen ellos!
Los interlocutores de la Moncloa han descubierto con asombro que el Gobierno catalán no pide otra cosa que un referéndum
Albert Sáez
Director de EL PERIÓDICO
Soy periodista. Ahora en EL PERIÓDICO. También doy clases en la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramon Llull.
ALBERT SÁEZ
Tanta pamplina con el diálogo y resulta que nunca se dejaron de hablar. En los peores momentos antes de la seudoconsulta del 9-N, los gobiernos de España y de Catalunya siguieron intercambiando información, puntos de vista y propuestas como explicó este diario en su momento y Francesc Homs ha confirmado en sede judicial. Ahora han cambiado las formas. Rajoy, igual que en el tema del déficit y el salario mínimo, ha resultado ser la oposición más eficaz al PP. Y Rajoy ha decidido mostrarse educado con los catalanes cuando habla del Gobierno catalán. Y poco más que no es poco. Pero tampoco todo. La suerte que tiene es que Puigdemont y Junqueras tienen más pedigrí independentista que Mas y Homs de manera que necesitan menos sobreactuaciones.
Así las cosas, los primeros escarceos en la 'operación diálogo' han sorprendido a los interlocutores de la Moncloa. Se pensaban que podían retomar las cosas donde las dejaron en el 2006, cuando el PP enmendó la soberanía nacional española a través del TC. Entonces, el máximo dirigente del actual PDCat estaba en disposición de ir una madrugada a la Moncloa y comerse la declaración de Catalunya como nación a cambio de alcanzar la presidencia de la Generalitat. Y el predecesor de Junqueras podía aceptar una estación federal en forma de cesión del aeropuerto del Prat a cambio de unas décadas más de Catalunya autonómica gobernada por la izquierda. Pero ha resultado que las cosas han cambiado, aunque no las publique el 'Marca'. Cuando los interlocutores madrileños les han pedido a Puigdemont y a Junqueras que expliquen a cambio de qué están dispuestos a bajar del burro, la respuesta ha sido la misma: esta vez no vamos a pedir otra cosa que no sea el referéndum. El resto de ofertas las ha de hacer España para convencer en las urnas a los votantes que fueron enmendados por un tribunal. El PDCat no es Convergència pero Convergència ya no era CiU. Homs no es interlocutor. Pueden invitar a dar miles de conferencias a Roca y a Duran pero en Catalunya la gente vota a Puigdemont y a Junqueras. Y si los republicanos se cansan del 'procesismo', la alternativa es pactar con Colau que no parece mucho más moderada que Puigdemont, la verdad.
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