Pulpo

Es un animal complejo, capaz de desenroscar la tapa de un bote de comida o de reconocerse en el espejo

PERE PUIGDOMÈNECH / BARCELONA

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El pulpo es un cefalópodo, lo que significaría que es un animal que tiene los pies en la cabeza y describe su anatomía particular. Es un molusco y está por lo tanto relacionado con animales como las almejas o los caracoles. Pero ha sido demostrado que tiene un comportamiento sofisticado que responde a un sistema nervioso muy desarrollado. Conocemos su genoma y ahora acabamos de descubrir que algunas especies de pulpo viven incluso en las profundidades del océano, donde tienen comportamientos particulares.

Seguramente poca gente conoce los pulpos fuera del ámbito de los restaurantes, y aun gracias, pero forma un conjunto de animales fuera de lo común. Por un lado tenemos su anatomía particular, con ocho brazos flexibles, y sus grandes ojos. Por otra parte se ha ido descubriendo que es capaz de resolver problemas complejos como abrir un bote que contiene comida desenroscando la tapa, o de reconocerse en un espejo. Cuando en 2015 se resolvió su genoma se encontró que es más grande y que tiene más genes que el humano, pero sobre todo que tiene muchos genes implicados en el desarrollo del sistema nervioso, lo que explicaría su comportamiento complejo.

Ahora acaba de salir un artículo sobre la presencia de especies particulares de pulpos en las zonas más profundas del océano, a 3.000 o 4.000 metros. Las observaciones en la zona de las islas Hawai y de Perú han permitido observar que estos animales empollan sus huevos durante meses o años debido a que las bajas temperaturas hacen que todo vaya muy lento. Los investigadores se preguntan sobre los efectos de explotar recursos minerales en los lugares donde se encuentran estos animales tan frágiles.

Cada vez más nos preguntamos sobre cómo debemos tratar las especies animales con las que convivimos en nuestro planeta. Hasta ahora parecía que había que preocuparse sobre todo de no causar dolor o de proteger a las especies más cercanas a nosotros. Ahora sabemos que animales que parecen lejanos como los pulpos son sensibles y se han adaptado a entornos donde la vida es muy difícil. Tendremos que pensar bien cómo los tratamos.