Pujol come perdices

El Gobierno de Catalunya. Mas ha salido airoso de la investidura no solo por conseguirla sino por la forma como la ha conseguido. No ha tenido ni las prisas de los tripartitos ni las tentaciones de buscar en Ferraz lo que le negaban en Nicaragua. La abstención del PSC da paso a un Gobierno que no podrá pasar el rodillo pero que si realmente tiene vocación reformista podrá pasar la apisonadora de los dos tercios de la cámara en los asuntos de "país". Mas ha encontrado el tono para hacerlo posible sin aspavientos. Ahora ya es el president, y su Gobierno el de Catalunya. No repitamos viejos errores. El padre Pujol se fundió en un abrazo que sonó a despedida y el hijo Oriol en su discurso causó incluso la tranquilidad de los convergentes al pensar que Mas tiene banquillo.

La leal oposición. El PSC ha cerrado con la investidura de Mas la última faena de aliño de la era tripartita. Ahora le toca saber encontrar el tono de la oposición coherente con la abstención. Dejar paso para marcar el camino. La suerte es que como socios de Mas podrían no tener competencia. Sánchez-Camacho y Puigcercós libran por ahora más batallas con sus sosias de Ciudadanos y de Solidaritat que con el nuevo Gobierno. Mientras, Iniciativa tiene todo el tiempo de la nueva generación que la dirige.